Debemos seguir denunciando la estrategia nuclear. Se trata de la máxima amenaza para la humanidad. Es una amenaza real. Las Bases de Rota, Morón y Gibraltar están pensadas para sustentar esta estrategia contra la Humanidad. No podemos permanecer en silencio. Es urgente que alcemos la voz. Con toda nuestra energía. No sólo con nuestra legítima capacidad de decir no a la muerte, sino con toda la ilusión y la esperanza de decir sí a la vida.
El sistema capitalista se sostiene en un “orden” (bastante caótico) fundado, entre otros elementos constituyentes, en la fuerza de las armas. Una de estas armas es el poder atómico. Muy lejos de la “seguridad” que supuestamente genera esta capacidad de destrucción masiva de bienes y seres humanos, el mundo se debate cada día, en realidad, en un mar de amenazas nucleares que pone en peligro la vida y la esperanza de la mayoría. No hay más que ver los graves accidentes ocurridos con armas atómicas, el caso de la proliferación nuclear (además de la posesión por parte de China, Rusia, EE.UU., etc., de grandes arsenales), de los cientos de submarinos, aviones y misiles operativos cargados con mortíferas ojivas, el descontrol de los materiales con los que se pueden fabricar estas armas, etc.
Los pacifistas debemos seguir denunciando que las armas nucleares –y todas las armas de destrucción masiva- constituyen la máxima militarización de las sociedades.
(diciembre 2010)
(diciembre 2010)