lunes, 16 de agosto de 2021

El militarismo engulle a Afganistán, España en todas las guerras.

OTRO EJEMPLO DE LAS CONSECUENCIAS DEL MILITARISMO.


Es importante comprender lo que está ocurriendo en Afganistán... Un monumental episodio de las consecuencias letales del militarismo de las potencias (EEUU, Rusia, China, etc ) y de, no hay que olvidarlo, los "señores de la guerra" propios del país.

La GUERRA PERMANENTE de todos contra todos no soluciona nada, más bien deja un rastro de sangre y de dolor que alimenta sin fin la ESPIRAL DE VIOLENCIA en que algunos (la industria de armas, por ejemplo) han logrado envolver la vida humana en este planeta.

https://www.anred.org/2021/08/15/el-triunfo-de-los-talibanes-y-el-momento-saigon-de-los-estados-unidos-en-afganistan/


https://alternativasnoviolentas.org/2021/08/16/afganistan-una-auditoria-global-al-intervencionismo-militar-espanol/


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España en todas las guerras…

Hace unos meses atrás España retiró una fragata de una escuadra naval norteamericana que señoreaba a su antojo por el Golfo Pérsico. España iba haciendo de recogecolillas de la poderosa flota yanqui que controla la zona y que da cobertura a los intereses de Arabia Saudí y la OPEP en ese contexto regional… razón por la cual, frente a Irán, han llegado a algunos acuerdos Israel con los saudíes. El amigo común de ambos (EEUU) y el enemigo común de ambos (Irán) los ha hecho aliarse prudentemente.

El gobierno español, azuzado por la opinión pública, contraria a la guerra, tuvo que arriar velas y dejar su muy peligrosa aventura en el Golfo Pérsico para mejor ocasión. Con construir Navantia una flota de guerra y una base naval para Arabia Saudí el Pentágono da por comprobada la sumisión de España a sus intereses. Retirada de la fragata sí, pero para que nada cambie. La opinión pública, agobiada por las circunstancias de la pandemia y con la información manipulada que le ningunean los medios, en calma respecto al asunto militar.

Además, España, de orden de Biden y aunque tenga al emérito en el ojo del huracán pérsico, se retira definitivamente de Afganistán… Qué imagen benéfica, ahora, ver a toda la horda institucional llorando y dándose golpes de pecho por los derechos humanos y, particularmente, por la violación de los derechos humanos de las mujeres en el país asiático al que han hundido en el militarismo desde hace décadas. Qué curioso. Otra lección de cinismo goebbelsiano ésta de emplear palabras de paz para justificar un militarismo atroz, permanente, mortífero.

Un militarismo dirigido por el Pentágono del que España participa, a bocajarro, desde hace tiempo a través, sobre todo, de las bases de Rota y Morón, esas dos grandes instalaciones que, día a día, con gobierno progresista y sin él, se amplían en calidad estratégica y en cantidad de efectivos, materiales, capacidad técnica, etc. Un militarismo (lo mismo con Obama que con Trump) que el PSOE está gestionando a base de humillar a España, con la excusa de no abultar más los presupuestos militares, haciendo de su territorio un trampolín de la VI Flota en dirección abanico: noreste, este, sureste y sur.

En esta crisis de Afganistán, tengo dos preguntas: ¿Cuántas vidas se habrían salvado en Afganistán y cuántos derechos humanos salvaguardado si en vez de dedicar España 4.000 millones de euros a un submarino de guerra y otros 4.000 millones a la “misión” militar en aquel país se hubieran destinado esos recursos económicos a solidaridad humana con los millones de afganos que pasan pura necesidad desde hace mucho tiempo?, ¿cómo ahora los gobiernos occidentales que han militarizado el país y despilfarrado miles de millones de euros en la guerra se llenan la boca con la defensa de los derechos humanos de los afganos y afganas?.

Sí a los DDHH en Afganistán, pero nunca de la mano de las potencias militares (Rusia hace unas décadas y ahora EEUU) que han ensangrentado el país.

(Cristóbal Orellana)


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https://wilpf.es/nunca-se-logra-la-paz-a-traves-de-la-guerra/

Nunca se logra la paz a través de la guerra

WILPF España exige al Gobierno de España que redoble sus esfuerzos diplomáticos para lograr la paz en Afganistán.

Cuando tras el atentado del 11 S se intentó justificar la invasión militar de Afganistán utilizando los derechos de las mujeres como argumento, feministas de todo el mundo afirmamos rotundamente que las guerras que el patriarcado promueve nunca son el camino para defender los derechos humanos. Las mujeres siempre perdemos en las guerras. En Afganistán, en Siria, en Palestina, en Myanmar. Los derechos de las mujeres afganas nunca importaron. Dos décadas después, quienes invadieron militarmente el país, se marchan por la puerta de atrás, dejando a la población civil afgana a su suerte, mientras los talibanes controlan gran parte del país, han entrado en la capital y el presidente, Ashraf Ghani, se ha marchado. Miles de personas se desplazan y se prevé una grave crisis humanitaria en el país. Las mujeres afganas, especialmente las activistas y con responsabilidades políticas, temen por su vida. La intervención militar occidental en Afganistán ha fracasado rotunda y estrepitosamente.

La sección española de WILPF condena las intervenciones militares como herramienta para la política internacional. Nunca se logra la paz a través de la guerra. Durante dos décadas en Afganistán se han despilfarrado ingentes recursos económicos promoviendo el militarismo y la corrupción, sin que los derechos humanos y los derechos de las mujeres hayan estado en el centro de la agenda política. Los gobiernos occidentales han utilizado Afganistán y se han servido de la población afgana para sus intereses económicos y geoestratégicos, abandonando a esta población en el momento de mayor gravedad.

Los derechos de las mujeres han dejado de ser valiosos en el mercadeo de la legitimidad internacional. Pero las mujeres de Afganistán han trabajado incansablemente para mejorar las condiciones de vida en su país y han exigido sus derechos. Derecho a la participación política, derecho a una vida digna, derecho a la educación, derecho a la salud… todos ellos reconocidos en convenios internacionales. Quienes ocuparon militarmente el país utilizándolas como excusa, se marchan a sabiendas de que un nuevo gobierno talibán oprimirá a las mujeres de forma extrema.

Las mujeres de WILPF España:

  • Exigimos al Gobierno de España que asuma su responsabilidad con la situación que actualmente se vive en Afganistán y redoble todos los esfuerzos diplomáticos para lograr la paz en Afganistán. Una política exterior feminista, con la que el Gobierno se ha comprometido, implica actuar en momentos como el que se está viviendo en Afganistán, cuando los frágiles avances de los últimos años se resquebrajan.
  • Exigimos que el Gobierno cumpla con sus obligaciones en materia de protección internacional y derecho de asilo y garantice los derechos de la población desplazada y refugiada. En particular se deben garantizar los derechos de las mujeres que se han comprometido públicamente con la paz y los derechos humanos y que corren grave riesgo de sufrir terribles represalias por su compromiso.
  • Exigimos que el Gobierno dé apoyo activamente a las organizaciones de la sociedad civil afgana que durante años han trabajado por la paz y los derechos humanos en el país, y que advirtieron repetidamente sobre el riesgo de avance de los talibanes tras el abandono improvisado del país por parte de la comunidad internacional.
  • Exigimos al Gobierno que lidere una respuesta internacional en el marco de la UE que ponga en el centro los derechos humanos de las mujeres y las exigencias de la población afgana por encima de alianzas e intereses geoestratégicos y militaristas.
  • Instamos a la ONU para que recupere su papel como organización de Paz y le urgimos para que trabaje para construir una paz duradera en Afganistán dando cumplimiento a la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, así como el resto de resoluciones sobre mujeres, paz y seguridad, para garantizar que las mujeres afganas serán protagonistas de cualquier proceso político en el país.


WILPF España

16 de agosto de 2021