Este viernes día 27 de enero asistí durante 20 minutos a una convocatoria de concentración en la puerta del Ayuntamiento. Unos 500 trabajadores y trabajadoras municipales le estábamos reclamando, de un modo pacífico, el pago de nuestras nóminas. Pude ver, de pronto, cómo la Policía Nacional quiso ocupar la misma zona que ya estaba llena de compañeros y compañeras. Se le dijo a la Policía Nacional, repetidas veces, que esa no era manera de proceder, cuando, de forma sorpresiva, aparatosa y muy amedrantadora, empezaron a disparar al aire, blandir las porras, formar un cordón de escudos antidisturbios, etc.
No hace falta, sra. Alcaldesa, que yo le diga que estos hechos acrecientan la tensión social en la ciudad hacia límites muy preocupantes, así como dificultan el diálogo social y provocan sentimientos hondamente negativos en la población. La sensación de flagrante injusticia y de desamparo de los más elementales derechos sociales campa a sus anchas en esta ciudad. Se lo repito: flagrante injusticia y desamparo social. Esto es una situación muy grave.
Con el máximo respeto, se lo digo abiertamente como trabajador municipal y como ciudadano: le expreso mi rechazo y disgusto porque usted no está sabiendo no ya arreglar los problemas que tenemos, sino ni siquiera conducir esta situación por la vía del diálogo y del sentido común. Este viernes, usted no fue la alcaldesa de todos los jerezanos porque al menos de mí no lo fue... y puede que de otras 500 personas tampoco.
Quiero añadirle dos cosas más. La primera es que la actuación de la Policía Nacional, a pesar de varias contusionadas de ACASA, no logró sembrar el miedo entre los trabajadores y trabajadoras allí presentes por una razón muy sencilla: porque lo que estábamos pidiendo es de justicia, a saber, nuestras nóminas. Colocar a la Policía Nacional frente a reivindicaciones tan justas es no sólo deslegitimar éticamente a la Policía Nacional, sino, sobre todo, cometer un error político grave y alarmante. No continúe por esta vía. Los trabajadores y las trabajadoras municipales estamos demostrado un comportamiento democrático impecable y dosis de paciencia infinitas. Por ello, usted está obligada a templar sus decisiones al máximo. Debe pensar muy bien lo que está haciendo.
Y la segunda es que no quisiera pensar que su intención ha sido, pensando más allá de la problemática económica del Ayuntamiento y del asunto de las nóminas, lanzar un mensaje contundente frente a una posible intensificación de las movilizaciones sociales en Jerez (tan castigado por el desempleo), porque entonces su error sería muchísimo mayor y de consecuencias que, se lo digo de verdad, no me quiero atrever a aventurar.
Regrese a la cordura y busque a toda costa la paz social. No amenazando con cargas policiales, sino con justicia y respeto escrupuloso a los Derechos Humanos. Usted está obligada -moral y políticamente- a ser la voz de la ciudadanía, no de los mercados. Para eso, y para ninguna otra cosa, se la ha elegido a usted alcaldesa de Jerez.