El gobierno va a celebrar en Málaga (días 28-29 de mayo) el poco educativo espectáculo del Día de las Fuerzas Armadas, donde el acto principal será la exhibición del poder militar de los tres ejércitos. El rechazo de los movimientos ecologistas y pacifistas a esta “fiesta” es radical, y ello por tres razones principales. La primera es que, desde un punto de vista ético, es inadmisible la celebración del poder militar (el de las armas de destrucción) en un mundo donde los gastos militares están impidiendo solucionar los grandes problemas del cambio climático, el hambre, las enfermedades, etc. La segunda es que, desde el punto de vista social, los gastos militares en España (alrededor de 20.000 millones de euros anuales más la multimillonaria deuda que arrastra el Ministerio de Defensa) se han convertido en una losa sobre las necesidades de empleo en España, donde hay ya casi 5 millones de parados y paradas. Y la tercera es que, desde un punto de vista político, la posición belicista (Irak, Afganistán, Libia, etc.) de los gobiernos del PP y del PSOE ya ha sido ampliamente rechazada por la ciudadanía. Es decir, se nos imponen en Andalucía estos actos que impiden el desarrollo de la Paz y la Justicia, que son costosos y detraen el dinero que necesitamos para crear puestos de trabajo, y que nos implican en una guerra tras otra.
El gobierno da pie a más exportaciones de armas, gasta más en guerras, aumenta el presupuesto militar, amplía la Base de Rota y hace oídos sordos a las exigencias de Paz de la ciudadanía. Pero más tarde o más temprano, debemos lograr cambiar radicalmente esta situación. El Trabajo y la Paz son Derechos Humanos que no pueden violarse impunemente. Gastos militares para fines sociales ya.