domingo, 13 de marzo de 2016

Pilar Manjón llora a las víctimas del 11M, y Rajoy aprovecha para defender el intervencionismo militar.


En la reciente conmemoración de las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, a pesar de que Pilar Manjón pidió que no se usara el atentado para azuzar al odio contra otros países y al belicismo, ha sido usado el recuerdo de dichos atentados por quienes, como Rajoy, representan a los poderosos y buscan justificar el intervencionismo militar occidental en otros países de Oriente Medio y, aquí en España, defienden la ley mordaza. Detrás de la intención gubernamental estaba, sin duda, su defensa cerrada del "pacto antiyihadista" que han suscrito algunos partidos políticos para promocionar acciones militares de España en países que no han sido autores de ningún atentado.



Los altos responsables políticos que son afines a la agresividad de la OTAN y defienden el intervencionismo armado como única respuesta posible frente al terrorismo yihadista saben que si no aprovechan estas circunstancias para respaldar las opciones belicistas no tendrán, entonces, mejor ocasión para presentar ante la opinión pública "la prueba" de que tienen razón. Es decir, si no presentan el 11M como una demostración de que hay que defenderse contra el terrorismo... quizás entonces ese mismo 11M podría convertirse, efectivamente, en "la prueba" de que el militarismo gubernamental solo conduce a más y más y más violencia. 

Lo principal que ha dicho Rajoy en el acto del 11M estaba centrado no en las víctimas, en su recuerdo, en el acompañamiento a las familias de los muertos, sino en defender a los militares y a la opción belicista de su gobierno. Los medios de comunicación recogían esto de un modo muy claro: http://www.lavanguardia.com/local/madrid/20160311/40360608806/rajoy-apoyo-militare-polemica-colau.html.

La torticera trampa del Partido Popular es sencilla como una piedra: quien no suscriba el belicismo de Aznar [el mismo que dijo aquello, aún no juzgado por los tribunales de justicia, de lo de las armas de destrucción masiva de Sadan Husein] está contra los militares que se juegan la vida en otros países por nosotros... Es decir, más claramente si cabe, cualquiera que opine que es urgente y exigible una política exterior y de defensa diametralmente opuesta al militarismo del Partido Popular ese es un posible aliado del yihadismo y un enemigo de España.

Ada Colau ha hecho muy bien en pedir respetuosamente a los militares que respeten los espacios educativos para fórmulas no armadas de resolución de los conflictos. Pilar Manjón ha hecho bien en denunciar el uso belicista de los atentados terroristas en Madrid y en Europa, así como en denunciar la ley mordaza. Y, denunciando la OTAN y el lobby de la industria de armas que representa el ministro Pedro Morenés, Juan Carlos Monedero [aunque muy cuidadoso con el papel de "garantizar los derechos fundamentales", según él, de los militares en la sociedad] también lo ha dejado claro: