lunes, 22 de junio de 2020

En recuerdo de Pepe López Llamas.


Ha fallecido Pepe López Llamas, a quien mucha gente conocía con el apodo de “el palestino” porque siempre iba con un pañuelo palestino en apoyo de esa causa política. Pepe fue siempre una persona muy muy comprometida con el tejido social de Jerez y con muchas luchas sociales como el movimiento vecinal, el ecologismo, el sindicalismo y el pacifismo. Conmigo vino a muchas marchas a Rota, por ejemplo.

A Pepe, que llevaba unos años retirado del trasiego de la militancia, le recuerdo ahora, públicamente, con afecto y con respeto, pero no solo por esas luchas sociales en las que participó codo con codo conmigo y con mucha otra gente desde hace muchos años, sino sobre todo porque yo sabía muy bien que su corazón, a pesar de su carácter bastante cabezota y a veces muy apasionado, era puro y nada amigo de dobleces, ni chorradas, ni medias verdades. Nunca le gustaron las medallitas ni las carajoteces, ni la mucha gente pantufla y vacía que deambula por tantas partes. Pepe era un hombre sin dobleces, un obrero de Jerez orgulloso y firme en sus convicciones. Toneladas de políticos de esta ciudad no le llegaban a Pepe ni siquiera a la altura del tacón de sus zapatos. Yo sé quién era Pepe López Llamas, y muchos en esta ciudad también lo saben. Al pan pan y al vino vino.

A nivel personal, me ayudó mucho en muchas ocasiones porque con sus amigos era la generosidad total. Pero más allá de la ternura que yo descubrí en su corazón (repito que yo lo conocía bien) hay algo que se podía aprender con Pepe López Llamas, y era su afán incombustible de arrimar el hombro para que las cosas cambien a mejor.

No me quiero extender recordando a Pepe. No hace falta. Y a él mismo tampoco le gustaría un rollito llorón aquí en los periódicos de Jerez. Pero se merece, sobradamente, que se le recuerde al menos en este pequeño escrito: era una persona cabal, comprometida, leal y de una honestidad al cien por cien. Pero no porque yo lo diga, sino porque esto lo sabe en Jerez cualquiera que se haya tirado 30 años en las calles arrimando el hombro por la libertad (Pepe era de tradición libertaria).

Podría decir bastantes más cosas de él y contar muchas anécdotas que vivimos juntos. Pero debo ser escueto (como él me habría exigido) y añadir solo dos más. La primera es que lamento sinceramente su muerte y animo a Araceli, Laura y Pepito a seguir la senda vital, alegre y orgullosa, de Pepe López Llamas. Y la segunda es que jamás nunca olvidaré lo que me dijo una vez mirando, en su casa de Estella, un impresionante cielo lleno de estrellas (que yo creo que eso se lo repetiría, porque le encantaban las bromas, a más gente): mira, Cristóbal, ves todo eso, pues todo eso es mío, y es precioso y no pido más. Ahora él está ahí, en ese cielo radiante e inconmensurable, diciéndonos sin tonterías: a luchar.

Jamás nunca olvidaremos a Pepe López Llamas.

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Fuente de la fotografía (con Pepe López a la derecha de la imagen) 

viernes, 19 de junio de 2020

Colapso ecosocial, NO A LA GUERRA.

Me desespero cuando veo artículos escritos por gente a quien yo tengo como referencia ideológica positiva que no incluyen la cuestión fundamental del desarme, la militarización, la noviolencia, el cambio de modelo de Defensa, entre las claves fundamentales para emprender el camino de un cambio sistémico. Me desanimo.

Este es el caso del artículo (de obligada lectura para todos y todas) de Jorge Riechmann titulado "La crisis del coronavirus como momento del colapso social" (https://vientosur.info/spip.php?article16051), un impresionante artículo que ha sido resumido en:

 
He leído el artículo atentamente, pero no veo reflejado en él el asunto del papel de los ejércitos, las guerras, el armamentismo, etc. Para Riechmann parece que las guerras no existen en Gaia y el despilfarro de recursos vía gasto militar, tampoco. Me sorprende constatar que los millones de seres que ya mueren de hambre o enfermedades curables a lo largo y ancho del planeta no le parecen a Riechmann realidades muy semejantes a las pandémicas. El militarismo, según este artículo, no destruye la Naturaleza, ni ayuda esencialmente a mantener la depredación de recursos por parte de los países más ricos, ni está en la raíz del problema de la zoonosis, ni la guerra biológica existe... https://www.opinion.com.bo/articulo/ramona/guerra-final-libro-tiempos-crisis/20200614023051772703.html

Pero Riechmannn sí ofrece, claro, reflexiones del máximo interés: "Escribe Hibai Arbide Aza en medio de la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2, en la primavera de 2020: “No hay nada que me tranquilice menos que la retórica belicista, las arengas patrióticas, las metáforas bélicas y la épica de batallar contra un enemigo invisible. No es una guerra, joder...”[8]". Aunque luego Riechmann bromea un poco llamando "carrera de armamentos" a unas determinadas funciones positivas de los virus en la vida humana... "Los virus son fuente de variabilidad genética y motor de la evolución biológica, una fuerza transformadora de la vida: así que organismos como Homo sapiens también estamos aquí gracias a ellos. Gracias a los virus (y a la “carrera de armamentos” biológica que se desarrolla respondiendo a ellos) somos lo que somos". Luego Riechmann añade: "Por supuesto, esto no significa que no debamos hacer un esfuerzo social enorme y cuasi-bélico para mantener al coronavirus SARS-cov-2 fuera de nuestros cuerpos: lo estamos haciendo en 2020 para proteger a los miembros más vulnerables de nuestra comunidad, sobre todo nuestros mayores".

Creo que Riechmann no tiene en cuenta que en materia de negacionismo los humanos ya tenemos una experiencia muchísimo más profunda que la que él cita, ya que se está negando desde hace tiempo en nuestras sociedades el peligro de la hecatombe nuclear... "La cultura dominante padece un problema muy básico de negacionismo. Pero no en el que era el sentido más habitual de “negacionismo” hace veinte años (referido al Holocausto, la Shoáh), el que podríamos llamar nivel cero; ni tampoco al más corriente hoy (negacionismo climático), nivel uno; sino a un negacionismo más amplio: el negacionismo que rechaza que somos seres corporales, finitos y vulnerables, seres que han puesto en marcha procesos destructivos sistémicos de magnitud planetaria, y que hemos desbordado los límites biofísicos del planeta Tierra. Éste sería el nivel dos". Riechmann anota que: "No es casualidad ni exageración que estén organizándose movimientos sociales que incorporan la palabra “extinción” en el nombre que se dan a sí mismos, como Extinction Rebellion. Y estamos en una cuenta atrás", pero ¿cómo el movimiento antinuclear ha declinado tanto?, ¿cómo la población mundial ha dejado de mirar hacia el peligro de cataclismo atómico generalizado?.

Riechmann parece que no cae en la cuenta de que uno de los cohesionadores de este programa (en cursiva a continuación) es la fuerza militar de los poderosos: "Como viene argumentando juiciosamente Bruno Latour estos últimos años, buena parte de las clases dirigentes “ha llegado a la conclusión de que ya no hay suficiente espacio en la Tierra para ellas y para el resto de sus habitantes”[47] y por eso asumen el exterminio de la mayor parte de la humanidad (y de miles de millones de nuestros “compañeros de planeta”) dentro de su BAU (Business As Usual). Hay que considerar estos tres fenómenos como estrechamente relacionados: la huida hacia adelante del capitalismo neoliberal (materializada en los programas de jibarización de los Welfare States y la desregulación a favor del gran capital), la explosión de las desigualdades en segundo lugar, y finalmente el negacionismo climático (como expresión concreta de una más amplia denegación de todas las cuestiones de límites biofísicos que ya antes analizamos de forma somera)".

Creo que Riechmann también se equivoca al equiparar las guerras con las pandemias, pues los efectos de las primeras pueden ser infinitamente más devastadores que las segundas: "Necesitamos pues visión de conjunto, panorámica: el filósofo, la pensadora en cuanto synoptikós. Esta pandemia –como decía William E. Rees en otro de sus lúcidos artículos– es como el tráiler, sólo un avance de la película más amplia.[59] Si superamos este obstáculo en dos años, sólo será para hacer frente al siguiente: una crisis de deuda, o una crisis energética, u otra guerra más por los recursos que van escaseando… ". Pero en lo que no se equivoca Riechmann es en su observación precisa acerca de que la humanidad puede coger por la vía del pasado, es decir, la vía de la normalidad militarizada en la que ahora vivimos, o puede buscar una salida ecosocial al colapso en el que estamos.

domingo, 14 de junio de 2020

Antifascismo y no violencia.

Las distintas formas de fascismo que han aflorado en el mapa político europeo colocan sobre la mesa, muy en primer plano, el inextinguible debate sobre la violencia política y el discurso del odio. Por eso, es importante, para quienes apostamos por la no violencia y somos radicalmente contrarios a las dictaduras y los fascismos y las violencias, conocer los puntos de vista de quienes, de una u otra forma, tratan ahora, en muchas protestas públicas, de oponerse en la calle a la violencia intrínseca que caracteriza a los Bolsonaro, Trump, Abascal, Le Pen...

Pienso que la no violencia debe ser comprometidamente antifascista, aunque siguiendo estrategias políticas capaces de convencer al adversario violento de que su camino, sus propuestas, su fuerza bruta, su odio, no pueden prosperar en una sociedad democrática.

El fascista vence cuando la espiral de la violencia se convierte, por su incansable y contagiosa acción, en el sujeto político indiscutible y único referente posible de la cosa pública. No caer en su vieja y conocida trampa mortal, sin dejar de oponerle una resistencia integral y decidida, debería ser nuestro camino a seguir.

 
Eduardo Bravo: "Antifa": el manual del buen antifascista
https://www.yorokobu.es/manual-antifascista/

Ed. Capitán Swing:
https://capitanswing.com/libros/antifa/

Silvia Hernando: "Mark Bray: NO hay ni de lejos suficientes grupos Antifa para llevar a cabo lo que estamos viendo":
https://elpais.com/cultura/2020/06/03/babelia/1591202058_209625.html



Antifa, no, los extremos no se tocan:
https://www.youtube.com/watch?v=78YxiO7ctpM

Álvaro Zicarelli sobre el Manual Antifascista de Mark Bray
https://www.youtube.com/watch?v=BmPz2lgNpOw

martes, 2 de junio de 2020

España usa las armas nucleares de EE.UU.

No solamente un personaje como Trump (Spike Lee lo dice muy claro en el vídeo) tiene acceso directo a las armas nucleares, sino que también gobiernos como el español mantienen tratados militares con EE.UU. para beneficiarse, para compartir, para amenazar conjuntamente con las armas nucleares de la potencia militar norteamericana.

Como ante el cambio climático, podemos suicidamente demorarnos en implementar YA soluciones efectivas para HOY, sí, podemos mirar hacia otro lado... hasta que un loco como Trump nos haga saltar por los aires a todos. Un momento en que, sentenciados, diremos tontamente: oh, no es posible...

http://noviolencia62.blogspot.com/2019/07/espana-tiene-y-usa-armas-nucleares-que.html



Mínimo vital y gastos militares.



Aprobando el llamado “mínimo vital” el gobierno de España ha dado un paso adelante, cargado de enorme significación, en favor de las clases más humildes y necesitadas de nuestra sociedad. Un paso que, efectivamente, podríamos considerar histórico, ya que era imposible postergar por más tiempo una fórmula por la cual una amplia capa de la población dejase de pasar vergüenza y hambre.

Que el estado reconozca que a las personas sin recursos económicos hay que protegerlas con un mínimo vital, tiene una significación jurídica, social, ética, política y económica, muy relevante. Por cierto, ¿cómo no se hizo esta gran apuesta por la dignidad humana desde 2008?, ¿qué pensarán ahora los que, como las tres derechas, habrían impedido, si gobernaran, este impulso a la democracia?. Estamos en un momento de celebración, pues el estado español, a pesar de quienes dicen defender una banderita pero no a la ciudadanía real de carne y hueso, ha dado un paso adelante hacia los derechos humanos.

Pero la militancia de izquierda sabemos bien que esta es una victoria parcial, porque en materia de política laboral hay otras muchas cuestiones que favorecen en todo al Capital: los bajos salarios, la capacidad de llegar a convenios y cómo, el estatuto de los trabajadores, las pensiones, el precio de los despidos y las horas trabajadas de más, la conciliación, las cotizaciones, el reparto del trabajo… Una medida absolutamente positiva y necesaria como el llamado “mínimo vital” es una gota de agua si se la compara con las cosas que acabamos de citar y que, en estos momentos, favorecen al Capital. Es más, todos sabemos que al Capital no es que le moleste mucho esa nueva medida sufragada por los presupuestos generales del estado, ya que atempera el clima social, es decir, favorece un clima de tranquilidad que puede ayudar a no poner en tela de juicio las férreas trampas del sistema. El mínimo vital evitará los dramas al tiempo que la gran estructura podrá permanecer incólume, pensará el Capital.

Ástor García (PCTE), con actitud crítica, explica sucintamente cuál es la cara menos amable del “mínimo vital”:

Al mismo tiempo que este paso histórico del “mínimo vital” se ha dado, coincidiendo con  él, hemos comprobado cómo los periódicos del sistema han tratado continuamente de proteger, alabar, ensalzar, justificar, elogiar, premiar, endiosar a las FAS. No hay más que leer atentamente este artículo de El País: https://elpais.com/espana/2020-05-13/los-gastos-de-la-pandemia-dejan-un-agujero-de-400-millones-en-los-fondos-para-defensa.html, para comprender que, pase lo que pase, el belicismo de nuestra política exterior y de Defensa no se toca. En esta democracia se puede hablar de todo, menos de la OTAN y del Pentágono. Ni pandemia ni San Pandemia. Incluso la izquierda se ve obligada a ser muy prudente, o a guardar silencio respecto ciertos asuntos, para quizás, a cambio, poder aprobar el “mínimo vital”. Esta no es una apreciación mía, un juicio rápido por mi parte, sino lo que se puede apreciar en las intervenciones de la izquierda en la última comisión de Defensa del Senado: https://www.youtube.com/watch?v=ycPljFvCes8, una comparecencia de Margarita Robles para explicar el conjunto de cuestiones que afectan al virus COVID-19 y las FAS.

Una representante de izquierdas, justo a la mitad del vídeo, pide que España se adhiera a un alto el fuego que ha pedido el secretario general de la ONU; y sobre las bases militares pide, con gran inocencia, que no participen por ejemplo en la escalada USA-IRÁN… la senadora de izquierda confederal pregunta (menos mal) sobre qué planes tiene el gobierno respecto a las bases, ya que el convenio con USA expira el año que viene, en mayo de 2021... El mínimo vital es de justicia, pero ¿qué va a hacer el gobierno con Rota y Morón?, ¿se va a ampliar la Base de Rota a un 50%?, ¿hay ya negociaciones con USA?, la senadora de izquierdas dice que Defensa ha hecho un buen trabajo con la covid completamente positivo, aunque critica suavemente que los generales den información en las ruedas de prensa; acaba reiterándole su gratitud a Margarita Robles....

Seamos claros: mientras no dediquemos los gastos militares (unos 20.000 millones de euros anuales) a necesidades sociales como empleo, salud y educación, el "mínimo vital" será eso, un "mínimo", cuando en realidad lo que necesitamos, para de verdad poder crear empleo y evitar pobreza, es cambiar la economía y el modelo belicista de defender mercados, áreas de obtención de materias primas y fuentes de energía. Hay que analizar las causas que provocan la pobreza que se trata de paliar, no solo aliviar a los más necesitados.