viernes, 24 de abril de 2015

El discurso de Juan Goytisolo nos llena de esperanza a todos.


Pienso que la actitud digna y crítica del escritor Juan Goytisolo, tan pareja a la de José Manuel Caballero Bonald en varios aspectos, en el acto de recepción del Premio Cervantes llena a toda nuestra sociedad de esperanza para seguir en el camino del avance democrático y de la solución de los gravísimos problemas por los que nos fuerzan a atravesar. A sus 82 años ha dado una gran lección de conciencia social, de ética solidaria con el norte de África, de denuncia de la intolerancia, de recuerdo y homenaje a todos los intelectuales que tuvieron que exiliarse tras el golpe militar de 1936, de conocimiento preciso del rechazo que las autoridades mostraron en su momento a Miguel de Cervantes… Goytisolo, crítico, libre, sin tapujos, seguro de los valores humanos que Cervantes defendió, incluyó en su breve discurso -ya más claro era imposible expresarse- lo que todos pensamos: “Según las estadísticas que tengo a mano más del 20% de los niños de nuestra marca España vive hoy bajo el umbral de la pobreza, una cifra con todo inferior a la del nivel del paro. Las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo”.

A mí esta nada dócil intervención me recuerda el camino que debemos seguir quienes trabajamos en el ámbito de la Cultura, a saber, favorecer el mantenimiento de la conciencia crítica en la ciudadanía, fomentar la autoconciencia de las personas en la dirección del avance moral y material de todos y de todas, mantenerse decididos ante quienes, encasquillados en los mecanismos del poder, apuestan por la mirada hacia el pasado y los fundamentos miedosos y poco creativos de una nostalgia de autoridad y orden social a la vieja usanza.

Goytisolo, valiente, claro, parafraseando en todo momento el espíritu y la letra de los textos de Cervantes, nos ha recordado, y de algún modo nos ha exigido a todos, que no sucumbamos al rancio programa social, cultural, ético, económico y político que algunos gobernantes y muchos altos financieros se ocupan en imponernos con crudeza. 

La octogenaria y suave voz de Goytisolo ha vuelto a abrir en este país un rayo de esperanza que no cesa: “Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia”.

viernes, 10 de abril de 2015

Solidaridad con los procesados por el Parlament.

Mientras que los niños son aleccionados en estadios de fútbol (
http://www.diariodejerez.es/article/jerez/2003257/una/manana/pelicula.html) por las fuerzas de seguridad acerca de cómo hay que policializar y judicializar la vida en la escuela pública, el Tribunal Supremo tampoco pierde el tiempo y se dedica a la represión política sentenciando a tres años de cárcel a quienes protesten contra los recortes sociales.




Por todo esto (por esta apuesta del gobierno por edificar una peligrosa SOCIEDAD DE LA VIGILANCIA Y EL CASTIGO), mañana sábado 11 de abril a las 12,00h. en plaza del Arenal (Jerez)  nos plantaremos frente a la indignidad de la casta y sus estrategias de acallar la protesta social.


SOLIDARIDAD, COMPROMISO, LUCHA, LIBERTAD; ESTAS SON LAS PALABRAS PRECISAS CON LAS QUE SE CONSTRUYE LA DIGNIDAD DE UN PUEBLO.



Nuestro rechazo a la condena a tres años de cárcel de nuestros compañeros y compañeras que a mediados de junio de 2011 estaban exigiendo libertad y dignidad ante el Parlament de Cataluña nos ha traído hoy hasta aquí a este acto público de solidaridad con Ciro, con Sandra, con Marta, con Rubén, con Olga… y con tantos otros que han sido desde entonces, de una forma u otra, amenazados por el gobierno simplemente por protestar contra los recortes sociales.



El Tribunal Supremo, al modo antiguo de la Santa Inquisición, en sentencia 161 del día 17 del mes pasado, ha querido sumarse de esta represiva manera a la campaña política que el  PP intenta sostener en toda España para que el pueblo no proteste y soporte sumisamente los llamados recortes y el drama social que estos nos han traído.




El Tribunal Supremo, supremamente injusto, dice no que nuestros compañeros han dado una inolvidable lección de dignidad, de lucha política, de coherencia ética y de compromiso social, sino que han atentado [por favor, no reíros] contra las altas instituciones del estado (artículo 498 del Código Penal).



Pero, ¿no echáis de menos siquiera una sentencia, solo una, de este Tribunal Político a favor de las bajas instituciones del pueblo?, ¿una sentencia siquiera que condene a los evasores fiscales, a un sistema político corrupto, a quienes se están forrando de dinero con el descoyuntamiento de las finanzas públicas?; ¿este Tribunal Supremo no encarcela a quienes han tomado las medidas que mantienen en el paro a más de 4 millones y medio de personas?, ¿estos casi inquisidores no condenan a los injustos sino a quienes claman por la verdadera justicia?. Vaya, vaya…



Gandhi decía muy claramente que es una obligación ética desobedecer las leyes claramente injustas. El camino de la desobediencia frente a los sostenedores de lo absurdo es pues un camino ético y político urgente.



Nadie les hizo nada a los parlamentarios de Cataluña, excepto decirles, de forma muy muy clara, que no nos representan y que han mantenido hasta ahora un orden de cosas antisocial y antidemocrático. Y es esto lo que el Tribunal Supremo, mano derecha del equipo de Rajoy, quiere castigar. Es decir, esta sentencia que quiere encarcelar a nuestros compañeros tiene un solo y único objetivo: que nos callemos, que la dictadura impuesta por los bancos y su desmantelamiento de los recursos públicos no sea contestada por nadie.



La Ley Mordaza es eso: todos a callar y que la Troika (El FMI, el BCE  la UE) decidan sobre nuestras vidas y contra nuestras vidas, decidan si nos desahucian o no, decidan si nos dejan en el paro o no, si nos quitan las pensiones o no, si destrozan o no el sistema público de sanidad y de educación, etc.



Este es, en resumidas cuentas, el contexto político represivo, antidemocrático y, aún más, descaradamente antisocial, que un gobierno rancio de derechas, con evidentes rescoldos del franquismo entre sus medidas de “orden, palo y tentetieso”, quiere imponernos.



Pero aquí estamos nosotros y nosotras para decir BASTA YA y para exigir que esta sentencia sea sobreseída inmediatamente. Aquí estamos para denunciar la falta de justicia de un sistema jurídico entregado a los intereses del gobierno. Aquí estamos para mostrar toda nuestra solidaridad con los procesados y para decir bien alto y bien claro:


SOLIDARIDAD, COMPROMISO, LUCHA, LIBERTAD; ESTAS SON LAS PALABRAS PRECISAS CON LAS QUE SE CONSTRUYE LA DIGNIDAD DE UN PUEBLO.



Desde Jerez, con toda nuestra energía, salud, compañeros y compañeras de Cataluña.