Los medios
están aireando el papel que José Bono, ministro de Defensa que lo fue del PSOE
y perfecta bisagra con el PP, juega en el proyecto industrial ‘Málaga Valley’,
algo así como un polo industrial de tecnologías punta -en ámbitos variados- donde
el ramo de industrias de guerra se querría presentar ahora como un importante y
dinamizador complemento económico y financiero… a costa, probablemente, del
erario público (se entiende).
Para poner en
marcha tan pacífico y pingüe objetivo el martes 29 de abril se reunirán en
Málaga personas vinculadas a las industrias de armas (1). Quizás esta de Málaga
sea la cortina de humo que Pedro Morenés necesita en Andalucía para evitar que
se hable de la alarma social [que deja
en entredicho las mentiras de los gobiernos del PSOE y del PP] sobre los
continuados despidos en Rota y en Morón (2) o el desastre de la industria naval
militar en la Bahía de Cádiz, desastre que debería evitarse a través de la total
reconversión civil de Navantia (3).
El Ministro de
Defensa Pedro Morenés [que parece que sí vendrá a Málaga a tratar de lavar su
mala imagen] está en la picota desde que lo nombraron. Hasta el día de hoy la
prensa airea sus estrechos vínculos con
las industrias de armas para las guerras (4) así como la permanencia en las Fuerzas Armadas de costumbres nada democráticas (5). Y sin
embargo el sr. Rajoy le acaba de hacer un gran elogio político colocando bajo
su responsabilidad (6) el Consejo Nacional de Inteligencia (CNI), gestión que
antes correspondía a la vicepresidenta del gobierno, así como lo mantiene como
compañía preferente del rey Juan Carlos en, por ejemplo, su inminente gira como
vendedor de armas a Oman y Bahrein (7).
Pero a lo mejor
todas estas susceptibilidades mías con Pedro Morenés se me pasan cuando vea al
corredor de coches Carlos Sainz asesorar -aunque quién sabe empleando para ello
cuánto dinero público- a la Brigada Acorazada ‘Guadarrama XII’ en sus maniobras
por suelos desérticos como los que acostumbra a frecuentar el campeón del
rallye Dakar (8); o enchufando la caja tonta y viendo que en el programa ese
del master chef se va a “cocinar
por equipos para 200 miembros de la armada del portaaviones Juan
Carlos I. Y para salvarse de la eliminación, prepararán un plato a base de
seitán con el que sorprender a seis supermodelos invitadas a la mesa” (9). Sin
comentarios.
No, ironías
aparte, no creo que se me pasen. No se me puede aliviar la alarma que siento respecto
a este belicoso ministro cuando leo frases suyas como esta: «Ya no hay cabida para el concepto de conflictos
lejanos porque todos acaban siendo una potencial amenaza para la seguridad
nacional», advirtió el
ministro de Defensa, Pedro Morenés, para justificar la importante presencia
española en la República Centroafricana... (10). Todo es amenazas y guerras para él.
Lo único que me
falta por disfrutar de Pedro Morenés es verle, los días 9 a 11 de mayo, con un
dorsal de corredor de la Legión, por los montes de Ronda (Málaga) y una
botellita de agua para calmar su sed mientras, entrecortadamente, exclama
sonriente al término del militarizado evento deportivo: ¡¡ marca España, marca
España !! (9).
Málaga debe
reaccionar ante esa sombra tan alargada, y triste, que es el Ministerio de
Defensa y su impopular Ministro. Málaga debería destacar, como capital
internacional de Andalucía, como una ciudad del encuentro, de la Paz, de la cultura
solidaria que representa la paloma de la Paz de Picasso, y no como el cuartel
en que algunos pretenden convertirla.
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Notas:
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