Mientras TVE1 inyectaba en nuestra mente colectiva la imagen del nuevo rey de España dando un discurso angélico en la ONU, ayer viernes 25 de septiembre fui por la tarde a una reunión en mi sindicato sobre la defensa de la memoria democrática en Jerez. El caso Pemán sigue dándonos mucho qué hacer por eso del "pacto de silencio" que la Transición ha sostenido hasta aquí. Me crucé con Juan González y con Antonio García, militantes desde hace mucho tiempo y con mucha más implicación que yo en CGT.

En fin, a las autoridades gubernamentales y a gran parte de las de la provincia la defensa del Medio Ambiente les importa lo que se dice un comino, o sea: nada. Y a un tiro de piedra, pero lo que se dice exactamente a un tiro de piedra, y casi casi coincidiendo con la inauguración del puente, en completo silencio, a negras hurtadillas, entraba el cuarto destructor del escudo antimisiles en la base de Rota. Véase la triste coincidencia en:
Estoy cansado de tanto caos social y político. Hoy no quiero escribir más, excepto esto: Dios debería existir, y ver lo que está ocurriendo en esta provincia, y ayudarnos misericordiosamente del mejor modo salvífico que Él considere (que para eso nuestra alcaldesa del PSOE de Jerez le reza así, según la prensa local:
http://www.lavozdelsur.es/mamen-sanchez-la-merced-confluimos-en-nuestros-objetivos-compartidos). Esta provincia naufraga en un surrealismo profundo y peligroso. El Medio Ambiente no importa nada, la Paz tampoco y el empleo menos.