lunes, 19 de mayo de 2025

Los que te van a hacer morir te saludan.-

 LOS QUE TE VAN A HACER MORIR TE SALUDAN .-

      En este sonriente artículo de "La Razón" (un periódico digital defensor de la militarización y la guerra) nos encontramos un eufórico cántico al armamentismo más mortíferamente psicopático de la historia de la humanidad.

      Lo radiantes y felices que se encuentran los fabricantes de armamentos de nuestro país.... Da gusto verlos lanzándonos un mensaje de franco agradecimiento por financiarles, es decir: por cumplir el patriótico comportamiento típico de rehenes y próxima carne de cañón (que la clase política nos ha impuesto).

      Y no solamente están felices porque, vampirizando las cuentas públicas, les llueven los pedidos (drones, tanques, satélites...), sino también porque ahora ya sí se sienten totalmente seguros de que gran parte de la clase política (sobre todo PSOE +PP) y los medios de comunicación pro OTAN están dando el do de pecho más fiero y sanguinolento posible en favor de un esperado, previsible, holocausto mundial.

      En vez de esconderse y temer una airada respuesta de la ciudadanía por la clase de cementerio mundial que están cultivando, "están que se salen"... Están pletóricos haciendo caja con las arcas públicas. Huelen la carnicería que se avecina. Y se frotan las manos.

      ...Los que te van a hacer morir te saludan.

------------------

acceso a la "noticia" de La Razón:

https://www.larazon.es/economia/indra-impulsa-industria-defensa-mas-fuerte-agil-soberana-europa_2025051868298647176f225ec6251e1f.html



MANIFESTACIÓN ANDALUCÍA CONTRA LA GUERRA (sábado 31 de mayo)

 


jueves, 15 de mayo de 2025

Miedo, guerra, poesía.

 MIEDO, GUERRA, POESÍA.-

      𝗔 𝘃𝗲𝗰𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼 𝗺𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲, 𝘆 𝗽𝗶𝗲𝗻𝘀𝗼:

      La guerra es absurda, lastimosa, ciega. Esto lo sabe la resignada tierra, que asiste tranquila a la estupidez humana. Y las generaciones, entregando sus vidas al abono, van fertilizando nuevos campos de trigo. La tierra enguye toda la sangre, la inocente, la culpable, la porvenir. Sí, el tiempo envolverá la incansable podredumbre humana, convirtiendo tan grande miseria en humus fértil.

      𝗣𝗲𝗿𝗼 𝗹𝗮 𝗺𝗮𝘆𝗼𝗿 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼 𝗰𝗮𝗶𝗴𝗼 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗮 𝗺𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗱𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗼 𝗶𝗻𝗲𝘃𝗶𝘁𝗮𝗯𝗹𝗲, sino solamente el programa político de ciertos gobernantes homicidas:

      ¿ Es posible hablar de democracia cuando el BELICISMO de nuestros gobernantes, que preparan todo y hacen los mayores esfuerzos para una carnicería de proporciones inimaginables, se desarrolla ante nuestros ojos lo queramos o no, al margen del Parlamento y RADICALMENTE CONTRA LA VIDA  ?.

      𝗘𝗻 𝗺𝗲𝗱𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝘂𝘁𝗲́𝗻𝘁𝗶𝗰𝗼𝘀 𝘃𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗴𝘂𝗲𝗿𝗿𝗮, protesto, lucho contra mi propio miedo (el más duro de mis enemigos) y a veces leo (y oigo) poesía.

oír:

https://www.youtube.com/watch?v=yk2RnQVxrjc



domingo, 4 de mayo de 2025

De pacifistas borrachuzos y tuertos inmorales.

      Menos mal que este buen hombre está "retirado", porque si no ya nos habría metido en prisión (en el mejor de los casos) y dejado a pan y agua unos años en la mazmorra más honda y oscura. Lo que más asusta de su encendida arenga (véase: https://www.diariodesevilla.es/espana/paz-tuertos_0_2003861958.html) es esto: “...serían nuestros aliados quienes, como la Policía y la Guardia Civil en nuestras calles, tendrían que montar guardia para que a ellos [a los pacifistas] no les pase nada mientras, solos y no tan borrachos como les gustaría que creyéramos, sacan unos pocos votos de criticar a quienes les defienden”.



      Parece una rústica llamada a que se nos linche por la calle en cuanto se nos detecte. Aunque, en verdad, esta exagerada interpretación mía la achaco más a la falta de habilidad literaria del exalmirante que a sus verdaderas intenciones.

      Admite el exalmirante que puede haber un pacifismo de índole personal que merece, en su opinión, el calificativo de "sincero". Pero como a los izquierdosos (en su artículo: los tuertos borrachuzos) les da por hacer política con sus demoníacos mensajes antipatrióticos, y además es fácil cazarlos en sus alcohólicas astracanadas callejeras, en general hay que señalarlos por lo que son: descarados cómplices del enemigo, que hablan de Paz pero para facilitárselo todo a los que guerrean contra España.

      Este exalmirante, habitual de ABC, Trece, la caritativa COPE, etc., escribe un artículo explosivo (como es lógico) arengando con vehemencia a la ciudadanía a cerrar filas (parafraseando su ancestral lenguaje) en favor del rearme más descarado y el militarismo más peligroso que hayamos conocido desde la Segunda Guerra Mundial hasta aquí. Y lo hace utilizando la temible técnica del chivo expiatorio: los pacifistas borrachos, mentirosos, antipatriotas, tuertos malencarados, etc.

      El tiro (o artículo) no le sale bien porque en España (de la que él parece autoerigirse en único dueño y guardián legítimo) hay unos cuantos de millones de personas que lo han dicho alto y claro muchas veces: NO A LA GUERRA. Pero a pesar de ello, el exalmirante intenta su objetivo: una estruendosa y algo insultante andanada contra todos aquellos que osamos pensar críticamente o, todavía peor, nos atrevemos a hablar de Paz.

      Sin duda se trata de un muy muy mal ejemplo de militar, ya que exige a los pacifistas no hacer política, cerrar sus borrachas bocazas, mientras que él despotrica y explaya sus opiniones políticas en todos los medios de comunicación de derechas. Una demasiado grosera contradicción.

      Y es que el exalmirante ha caído, seguramente por su incontrolable ardor guerrero, en una figura de la retórica militarista archiconocida: el argumento ad hominem, intentando, como sea, demonizar al enemigo pacifista. Lo que no ha hecho es razonar, con argumentos, acerca de por qué hay que optar por la guerra (quizás una última guerra nuclear) en vez de por la Paz.

      Pero lo peor de esta furiosa andanada del exalmirante es que él ya se siente, parece ser, legitimado para actuar (decir) como si hubiera una guerra abierta... lanzando el discurso de que hay que barrer en la retaguardia a todos aquellos que puedan debilitar su propio belicismo. ¿Se expresa así, tan toscamente, porque le asusta tener que tragarse, otra vez, el NO A LA GUERRA de España?. Sí, de España. De una España que ha aprendido a defenderse, precisamente, del militarismo de algunos (heroicos como él) que quieren “salvar” al país poniéndolo en el ojo del huracán.

      Sí, está claro que piensa que sus palabras podrían atemorizar a los que no piensan como él. Pero pincha en hueso por una razón sencilla y clara: es su destructivo discurso el que se autocoloca fuera de los parámetros de la democracia, fuera del sentir mayoritario de la ciudadanía (NO A LA GUERRA). Toda guerra es un crimen contra la humanidad.

      A ver si el enemigo de España va a ser este tipo de discursos belicistas del exalmirante.

Posdata: Ignoro, es verdad, si este exalmirante también anda borracho por las calles y lo que no quiere, no sé por qué, es cruzarse con nosotros los pacifistas y las pacifistas.

Fdo.:

Un tuerto borrachuzo que considera que lo que está ocurriendo en Gaza es un genocidio a manos del estado de Israel y la complicidad de la UE (España inluida).-

sábado, 3 de mayo de 2025

Gloria Fuertes (1917-1998), insumisa radical.

 GLORIA FUERTES (1917-1998), INSUMISA RADICAL.-

No matemos al vecino

invitémosle a tocino.

No levantad barricadas

besad a vuestras amadas.

No pensad en los difuntos,

¡dormid juntos!

(Gloria Fuertes en: “Pacifista de verdad (una que quiere llegar)

 

      A la mitad del poema de su “Nota biográfica”, el primer poema de su libro “Obras incompletas” (Ed. Cátedra, 1990), dice ya claramente: “Quise ir a la guerra, para pararla, / pero me detuvieron a mitad de camino”. Este poema, escrito en 1950, termina con un pildorazo al régimen franquista representado por Pemán (el cantor del fascismo tantas veces defensor de la violencia política): “y quiero comprarme a plazos una flor natural / como las que le dan a Pemán algunas veces”.

      En el poema “Un hombre pregunta…” dice refiriéndose al misterio de ser: “de nada vale que te diga que está en las manos de todo el que trabaja, / que se va de las manos del guerrero, / aunque éste comulgue o practique cualquier religión dogma o rama…”. La verdad y la violencia no casan bien para Gloria Fuertes. La vida y la destrucción son antónimos.


      En “No perdamos el tiempo” dice que los poetas deberían “arrancar las espadas… gritar al poderoso… asediar usureros”; quizás se refería, no sé, a decirles NO a quienes, con la sangre de muchos inocentes, financian las industrias militares.

 

      En “Mal sueño”, más que enfadada, grita que detesta la pena de muerte y grita que media humanidad sobra:… los sabuesos, los contables, los pedantes, los guerreros… Y añade: “Yo / los miraría / por los rayos esos que he inventado / para el pecho, y a todos los con manchas, / con cavernas, / los iría a gusto eliminando, / para nada nos sirven los perversos…”; aunque luego en “A lo mejor un día…” se refiere a Dios como alguien poético que “protege a los vencidos”, “pero también ama y compadece a los ricos”…

 

      En “Es inútil” Gloria Fuertes se rebela: es inútil que traten de imponernos que no amemos “al enemigo” porque no está prohibido “comer hombres asados, / con dientes de metralla comer hombres desnudos”, así como “Tampoco han prohibido los niños en la guerra”. Horrorizada, pero insumisa, ironiza desobedientemente en el último verso: “Mientras haya guerras comeré pájaros fritos”.


      En “Yo arreglaría el mundo” pide que evitemos que nos cieguen las balas y, compasiva siempre con los soldados (víctimas) que son engañados para ir a la guerra, dice que por ella plisaría “a los que odian con el pie de mis cantos” (no pisaría, sino plisaría: quedaran formando pliegues e inútiles para la violencia).

      En la “Letanía de los montes de la vida” exclama: “Dichosos los prófugos, / -¡ quién fuera prófugo ¡-, y en “Las flacas mujeres” denuncia a los autores de las guerras:

He visto en sueños, que hay varios señores

hablando en una mesa de divisas,

de barcos, de aviones de cornisas,

que se van a caer cuando las bombas.

      En “No sé” lo repite una vez más: “ni se mancharán mis manos / con el olor del fusil, menos mal que soy así”; pero tiene Gloria toques muy pesimistas (¿cómo no tenerlos?): “Nada sabemos casi: el cáncer no se cura, / la guerra no se para, / la guerra nos separa hermanos negros, amarillos, de todos los colores…”. Termina este poema: “¡Cuánto os quiero! / A lo mejor es bueno desesperarse mucho”.

      Totalmente frente a las guerras, quijota del amor, Gloria Fuertes es una poeta que canta por derecho, en favor, en defensa, en elogio, en pura loa de la Noviolencia (desde una posición ética muy tolstoiana):

EL VALIENTE

No es ése, es el otro. / El valiente está quieto. / Ni se defiende ni ataca. / Ni mata ni muere; / éste es el valiente. / El que llamáis cobarde. / El que no triunfa, gana. / El que no muerde, vence. / Ese que calla, tiene la razón. / El que confía hasta en el hombre malo, / el que se clava el cuerno del amor, / ¡ése es el valiente!”

      A este respecto, una moral de “inocencia”, no criminal, véase también el poema “El primo”.

      En “Lo confieso” vuelve a esta ética radical de la Noviolencia: “intenta dar un beso al enemigo / verás que sale luz de tu costado”. Y, a mayor abundamiento, sobre la dificultad de hallar la paz en este mundo véase el poema “Mirad qué feos…”

      De forma permanente, sin desaprovechar prácticamente ningún poema suyo, su espíritu antibelicista se derrama entre versos explícitos contra los enfrentamientos militares: “el periódico nos dice la noticia: / se avecina la garra de la guerra” (“Estamos bien”); “es un volar palomas sobre los proyectiles” (“Cirio sin muerto”).

      En “Tener un hijo hoy…” no puede ser más clara en su denuncia contra la guerra: “Tener un hijo hoy, / para echarle en la boca del cañón / … / para que luego aprenda la instrucción / … / para testigo de la destrucción… /”. Naturalmente, agradece a Dios “no haberme hecho legionario” (“Acción de gracias”).

      “Aquí no hay ningún sabio” es, y otra vez, un grito contra la violencia de las guerras… un poema donde pide que las armas sean convertidas en azucarillos, que debería ser la auténtica labor de los sabios.

      Su ética contra la cobardía y las mentiras le hace escribir suave pero firme: “Hemos de procurar no mentir mucho. / Sé que a veces mentimos para no hacer un muerto, / para no hacer un hijo o evitar una guerra… “ (para no ir a la guerra, vamos) (en “Hemos de procurar no mentir”).

      En “Aviso a los gobernantes del mundo” Gloria advierte a los poderosos de la furia violenta (que no admite pero que ve justa) de los pobres del mundo (“mendigos / a refugiarse bajo el puente roto”) que han sido robados por los de siempre:

Dicen que van a venir en una noche

a vuestra tumba a colocaros… flores

y yo lo aviso a Vuestras Ilustrísimas

porque soy pacifista y no me atrevo

a silenciarlo aunque lo creo justo.

 

      Patea, vocifera, se desespera frente a la violencia mortífera de los de arriba: Es obligatorio no asomarse a la ventanilla, / porque tienes que estar vivo si organizan la guerra… / … tener enemigos / es obligatorio todo esto, / y encima te prohiben escupir en el suelo” (en “Es obligatorio…”)

      “ ¡ Firmes ¡ / ¡ Formen fila ¡ / ¡ Arrestado el que rompa ¡ / ¡ Marchen ¡”, dice en “Voces me llaman”, añadiendo en “Desde que nací en los diarios siempre viene un parte de guerra”: “Después cuando la guerra, / rezaba para que no sonara la sirena…”; y también: “esos nervios eléctricos del más alto voltaje / que hacen temblar las Bases de Defensa” (“Tormenta de rayos”); o, a veces escéptica, en “Para qué luchar”: “¿Y para qué luchar /con cuatro carabinas oxidadas / con cuatro poesías de derribo, / cuatro gatos que somos / de profesion anti-velistas -de velas-, proBelenistas / y antibélicos?... contra la bomba-padre el último cartucho…”

      Y en “Poeta de guardia” (los poetas como pacifistas siempre en vela), resistiendo a la soledad de un mundo sin alma:

…o conferencia internacional

(esto sería bomba -pacifista-)

O que la radio dijera finalmente:

La guerra de Vietnam ha terminado¡¡

 


      Sin perder del todo su sentido de “la paz y la esperanza” (en “La Felicidad tampoco existe”), Gloria Fuertes vibra contra la violencia en cada poema y casi en cada verso: “no ser tan criminales como somos” (en “Tener de todo un poco”)… “Cuando una ya se sabe casi todo / empieza a caminar muy lentamente / pero luego sucede de repente / que pisas una trampa de la armada” (en “Cuando uno ya sabe…”); pero lo hace desde cierta amargura, desde cierto profundo dolor porque sabe que los hombres-hienas inventaron las pedradas, las Cruzadas… (en “La Humanidad”) y los Vietnam (en “Porqueses”).

 

      Gloria mira a su alrededor y se sabe a sí misma como un ave raris: “Sólo hablo cuando estoy sola; / a mi corazón se le ha roto una bola / a la paloma de la paz la cola, / mi sistema nocturno no funciona…”; una paz no es solamente ausencia de guerra, sino la presencia de la vida, de la serenidad, del amor: “En los ojos de los hombres nada veo, / a veces les cuelga una lista de muertos / de las sucias pestañas. / Por eso retorno a tus manos, que siempre me ofrecen un mendrugo de paz (en “A no ser en tus manos”). Siempre el amor como antídoto de la guerra y la muerte del alma: “La muerte es una costumbre de la vida. / En las guerras la costumbre pasa a vicio. / Oye, / si me prestas tus manos hago un milagro” (en “Minipoemas”).

      No es solo la violencia de la guerra lo que Gloria Fuertes denuncia en todo momento, es también la violencia contra la Naturaleza (“En los bosuqes de Penna (USA)”), o contra las mujeres (“Soy solo una mujer”), o contra la misma humanidad, o contra las diferencias Norte-Sur (en “Un ¡ay!”). Pero ella es, lo reiteramos de nuevo, una incansable “poeta de guardia”: “Yo, la tan pacífica, / estoy impacífica impaciente. / Yo, la tan tranquila, / estoy de sostén de fuerza / de camisa, de Vietnamita -norte o sur-, / ¡ Ese Cristo del siglo XX / muerto por nosotros ¡ / – no amén –“ (en “Extranjero-noticias”)

 

      Como ella, ella misma, ha dormido en el metro “por miedo al despellejo de metralla” (en “He dormido”), con gran dureza irónica, sin ambages, en “Si hubiera atómica”, en “Bomba” y en “Que no llegue ese fin de semana”, denuncia la capacidad de exterminio total de los poderosos y gobernantes:

SI HUBIERA ATÓMICA

Cuando en la tierra sólo merodeen roedores,

nosotros estaremos en la quinta…

del Sordo.

Y el polvo

-hecho polvo el pobre polvo-

flotará fraccionado, sin un mueble

donde posar su capa de polvo.

Flotará eternamente

como yo como tú,

entre un prado de lija

y un cielo muy azul.


      En “Carne de cañón” va concluyendo esta su selección personal de poemas: “Reconocer que somos sub-desarrollados, / niños sin colegio, de una aldea antropófaga, / llamada mundo”. Y, desesperada, escribe:

ESTÁ CLARO:

Cuando el mundo el paraíso era,

Le habitaba una sola pareja

-hasta se saben sus nombres…

Y si esto verdad fuera,

Descendemos del incesto y el incesto degenera…

¡Ya me explico tanta guerra!


      Pero y aún así, a pesar de esos negruzcos versos, oscila y vuelve al humor rebelde: “¡Vivan los laborófabos!, / -auténticos pacifistas- / -nunca dan golpe-“; “desde el Galaxio / la tierra es niño / vestido de azul / con su metralleta / y su canesú”.

      Una insumisa radical, vamos.


-------

Aparte de este articulito que hemos escrito, para quien quiera profundizar más véase


en:

https://revpubli.unileon.es/ojs/index.php/cuestionesdegenero/article/download/3767/2643/11681