Este magnífico artículo de Pablo Elorduy (https://www.elsaltodiario.com/regimen-del-78/el-poder-del-ejercito-y-el-articulo-de-la-constitucion-que-hace-sonar-a-los-golpistas) lo deja claro: como mínimo, hay que apartar al rey de sus actuales funciones militares a través de una reforma urgente de la Constitución del 78. Elorduy se expresa con tranquilidad respecto a la clave de bóveda de la Constitución del 78: el rey que Franco eligió...
Pablo Elorduy, que se ha expresado otras veces frente al militarismo descarado del gobierno español (https://www.youtube.com/watch?v=VO8oV69_FN8), deja claro en el mencionado escrito que los resabios franquistas en una parte del ejército están amparados en ciertos artículos de una Constitución que le otorga, de modo parecido a como lo hacían en el s. XIX, la capacidad legal de intervenir la política en cuanto las FAS así lo estimen oportuno.
El muy nervioso discurso de Margarita Robles, ministra de Defensa, en la última Pascua Militar (https://www.youtube.com/watch?v=Qd4dQDNjBf4) no entra para nada (excepto mencionar deprisa alguno de ellos) en los temas clave de las FAS: gastos sobredimensionados, absoluta falta de participación democrática en la Directiva de Defensa, política exterior española de índole militar sometida al Pentágono, redimensionamiento de las FAS, ideologías conservadoras en las cúpulas, intervencionismo militar galopante en varios frentes internacionales, rearme descarado, etc., etc. Presentarnos a las FAS como héroes contra la COVID no es de recibo desde un punto de vista político democrático, porque oculta las cuestiones esenciales. Nos interesa mucho más a los ciudadanos saber para cuándo, por poner un solo ejemplo, van a dejar de fabricarse y venderse en España gran cantidad de armas para dictaduras como Arabia Saudí.
A la mayor brevedad, la llamada Casa Real, en absoluta bancarrota democrática, debe ser despojada de funciones políticas que en verdad no deberían corresponderle, como por ejemplo: ostentar el mando supremo de las FAS (artº 62.h), "declarar la guerra y hacer la paz" (artº 63.3), dar consentimiento a los tratados internacionales a los que se obliga el gobierno (artº 63.2), etc.
El actual rey, y su fugado padre, son enseñas de una política militarista del estado español que la sociedad rechaza, por mucho que vocifere Margarita Robles, desde hace mucho tiempo.
Toda esta situación debe cambiar ya, no ya solamente en favor de la seguridad democrática que es exigible a todo modelo de convivencia política, sino también en favor de la Paz y el Desarme internacional. Menos operación Balmis, y más resituar los inmensos gastos militares en fines sociales (que es lo que de verdad salvaría vidas de los españoles).