viernes, 26 de octubre de 2018

La mierda belicista del estado español.

Comunicado de Ecologistas en Acción y Asociación pro Derechos Humanos Andalucía:



El miércoles 24 de octubre fue un día en que las cartas aparecieron en la mesa parlamentaria boca arriba, al descubierto, sin tapujos los oradores y sin sangre en los corazones de la cavernaria derecha española. Y eso porque se ha mediohablado -solo mediohablado- de las guerras, es decir, de la exportación de armamento (como bombas inteligentes, corbetas, etc.) a países en guerra, y se ha hecho con pasión aunque un poco irreflexivamente, al calor del debate político-periodístico de la semana. Pero, con todo, esto está bien en democracia. Lo malo, lo peor, lo que causa estupor, es cuando te dicen que de Defensa no hay que hablar, ni disentir, ni actuar frente al gobierno, porque eso es "cuestión de estado", como repitió mil veces la acartonada Margarita Robles en una de sus primeras comparecencias como ministra ante la Comisión de Defensa.

    Es curioso ver al Partido Popular y a Ciudadanos, una derecha que se ha vuelto bronquista, hueca, insultante, necia, peligrosa, bajuna, acusar al PSOE de que no condena la violación de los derechos humanos con el caso del periodista asesinado por Arabia Saudí Yamal Kashogui. Es curiosa ver a la derecha vociferar juvenilmente, volviendo a recurrir al "argumento" Venezuela, a través de sus violentíferos cachorros parlantes (intentando arrebatarse el uno al otro vetas electorales en las que pronto habrán de picar ansiosamente). Hablar de Defensa y Política Exterior es algo que aterroriza a la derecha cavernaria española, que prefiere centrarse en ETA, con Aznar, y en Cataluña, con el joven que hizo, supuestamente, el máster en la Universidad Rey Juan Carlos.

    Pienso que la violencia verbal, que acusaba al gobierno del PSOE de golpista, que han puesto en escena Pablo Casado y Albert Rivera está relacionada, naturalmente, aparte de competir en el mismo caladero electoral de votantes conservadores, con el apoyo de la casa real española a Arabia Saudí y viceversa. El aparatoso intento de evitar que se hablara de las relaciones España-Arabia Saudí ha sido una defensa encubierta de la monarquía española, una forma bronquista de amurallar al rey para que no sean posibles cambios constitucionales que arreglen el problema catalán y, de paso, alumbren, como ya no se puede retrasar más, una III República Española.

   La derecha se ha entretenido mucho estos últimos años hablando de los derechos humanos en Venezuela, pero ahora se ha encontrado en su tejado con el descuartizamiento de Yamal Kashoggi. La derecha se ha explayado, torpemente, con lo que sucede en Venezuela, pero se ha topado con que los acuerdos del PP y de la corona española con la monarquía saudí violan flagrantemente la legislación española de exportación de armas. La caverna ha atacado a Podemos con "el argumento" de Venezuela, pero resulta que la derecha española y la casa real mantienen una muy estrecha relación con la monarquía saudí que se ha traducido, sin ir más lejos, en potentes oscuros asuntos como los que describen la prensa no sumisa de este país:

https://www.eldiario.es/politica/Felipe-Arabia-Saudi-economica-monarquias_0_600890136.html

http://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/2018/07/12/corinna-revela-una-comision-de-80-millones-que-el-ex-rey-juan-carlos-i-exigio-no-me-jodas-mi-comision-yo-hice-el-tren


Fuente de la imagen y el texto:
https://www.eldiario.es/politica/Felipe-Arabia-Saudi-economica-monarquias_0_600890136.html#carta


    Entonces, resulta, y es a lo que vamos en esta entrada, que, en realidad, la violencia verbal de la derecha en el parlamento el pasado miércoles era, aparte de una competición en clave interna entre Vox, Ciudadanos y PP, una defensa cerrada de la monarquía española para que en el debate no se concluyera que dos de los causantes de la venta de armas españolas a la dictadura saudí son, claramente, Juan Carlos y Felipe VI. Porque si se hubiera concluído eso entonces a la derecha (ya bastante al descubierto con el selfie que acaba de hacerse el Poder Judicial y su Tribunal Supremo) se le habría acabado el fabuloso filón del problema catalán y la España unida por lo siglos de los siglos amén. Si se hubiese hablado de la total implicación de Juan Carlos I y de Felipe VI en el sostenimiento de la dictadura saudí entonces el debate habría tomado un derrotero, el de la urgente reforma de la Constitución mediante referéndum popular, que la derecha no quiere.

    En España es obvio que solo una III República podría, si no solucionar los problemas de fondo que se padecen (que obviamente van más allá de las formas que el estado puede adoptar), sí generar un nuevo clima político, alejado de la cultura de la sistemática corrupción, que permita no solamente encontrar un acuerdo territorial digno para todos, sino también, sobre todo, acabar ya con la senda de los recortes sociales y el desempleo.

   Pablo Iglesias, a partir del minuto 4 de este vídeo, no olvida recordarle al presidente del gobierno el papel de la monarquía española en la venta de armas a Arabia Saudí: