Berardi (https://traficantes.net/autorxs/berardi-bifo-franco)
propone comprender la ola neorreaccionaria, antidemocrática, como efecto de una
estrategia exitosa de una clase dirigente capitalista que, desde la cúspide del
beneficio más salvaje, desde el financierismo más insolidario, está aniquilando
todo pensamiento crítico y cualquier atisbo de propuesta igualitaria.
Grandes masas de trabajadores humillados y desesperados, junto a fenómenos como la infoxicación o la dinamitación de la razón vía memes, maniqueísmo, emocionalismo irreflexivo, etc., producen un ambiente caótico donde las propuestas neorreaccionarias hacen su agosto. Los neorreaccionarios engañan a la población más castigada con persuasivos mensajes de identidad/pertenencia, a la vez que se apresuran a controlar al estado como resorte renovadamente eficaz para trasvasar más riqueza de abajo hacia arriba.
Un capitalismo endurecido, nazi, controla en buena medida la mente colectiva mediante las tecnologías y espurios mensajes de "libertad para ir de cañas" (un mensaje vergonzosamente simplista que ahora logra captar muchos votos). La razón y el pensamiento críticos, dinamitados, ceden terreno al racismo, a las fake news, a ciertos tradicionalismos salvíficos, a la sumisión a liderazgos emocionalistas, idiotizantes…
Por su parte, el error de
la "socialdemocracia" ha sido colosal: no solamente se ha puesto durante
décadas a rueda del liberalismo (permitiendo la consolidación de una
precarización muy profunda), sino que ha cedido, sin oposición alguna, todo el
espacio político-mediático-judicial a la ola neorreaccionaria, autoritaria, sin
tomar medidas. Un capitalismo, por tanto, que ha operado a través de la socialdemocracia con taimada eficacia.
Nunca como hoy es tan
necesaria una propuesta alternativa desde la Educación y la Cultura, empezando
por comprender que este neofascismo en el que ya estamos es un peligroso
trampantojo del ultracapitalismo biocida que trata de imponerse a la razón y la
democracia. No lo olvidemos: inmediatamente detrás de este aparente desorden está el capitalismo más duramente antisocial.
El presente caos
reaccionario, junto a fenómenos como el cambio climático o el militarismo de
las potencias, nos puede conducir con rapidez al colapso y a la más pura distopía planetaria. Este ambiente
calculadamente caótico podría ser un caldo de cultivo perfecto para una III (y
última) guerra mundial.
DESERTEMOS:
https://www.youtube.com/watch?v=Ukacu57ctS8&t=1061s