Durante muchos años he visto, directamente, cómo la gente bienpensante rechazaba, ridiculizándolos y acusándolos de exagerar, a ecologistas y pacifistas. No digamos ya los soeces insultos de "machorras" a las feministas. De esto no hace mucho tiempo, por lo que, antes de que se olvide, debería hacerse un estudio académico sobre tan calculado rechazo. El tema daría de sí lo suyo con toda seguridad.
Sin embargo, ahora, pasados unos
felices 50 o 60 años de consumo desbordante, nos encontramos en estos momentos
en la cresta de la ola: explosión demográfica, racismo y xenofobia, guerras y
belicismos galopantes, agotamiento de materias primas, machismo y
patriarcalismo, degradación ambiental por todas partes, armas de destrucción
masiva, corrupción institucional a manta, inmensas masas empobrecidas, fundamentalismos
religiosos de todo tipo y colores, peligroso repunte de lo fascismos,
colonialismo y explotación del Sur, pandemias, extinción de especies, cambio
climático y sus temibles consecuencias...
Pero entonces, vaya, vaya, resulta
que los jipis pulgosos de los 60, y aquellos lejanos pacifistas de los 80, y
aquellas mujeres pioneras, y aquella épica revolución de mayo, y ese valiente
primer ecologismo que en Europa denunció tempranamente lo que ocurría vía
capitalismo y carbonización... resulta, digo, que toda aquella incomprendida
chusma de peludos y exageradores tenía razón y los corrompidos gobernantes de
entonces y de hoy, más sus poblaciones amaestradas, NO.
De los politiquillos a sueldo y de los
intelectualillos lamebotas... bah, de estos para qué hablar. Aunque lo mismo ellos podrían decir algo
ahora que estamos al borde de un complejo colapso civilizatorio... No, no,
perdón, no, no dirán nada. Ahora, ya sin atreverse a contradecir en voz alta la
realidad -por ejemplo- del cambio climático, seguirán con su bisbiseo absurdo
de siempre, arrimándose al mejor pagador y, nerviosos, regando el parterre del
garage de su unifamiliar. Gentes bienpensantes, calladas, conscientes de lo que
hay, pero apoltronadas y con miedo, que seguramente no leería nunca el libro de
Carlos Taibo: "Anarquismos. Ayer, hoy y mañana" (Alianza Ed., M.,
2022) -del que me permito adjuntar más abajo un texto claro y preciso-.
Pero mucha ciudadanía sabe lo que
pasa, mucha ciudadanía siente que está pasando algo muy grave tras el brillo
ridículo de las lucecitas de Navidad; aunque otra mucha gente, demasiada gente, guarda un silencio sepulcral directamente proporcional al tamaño del colapso
que se nos viene encima.
Debemos reaccionar. Este capitalismo salvaje,
biocida, disparatado, está cavando, a gran velocidad, nuestras tumbas, las de
nuestros hijos e hijas, la de la vida en este planeta.
https://www.alianzaeditorial.es/libro/ciencias-sociales/anarquismos-ayer-hoy-y-manana-carlos-taibo-9788413628110/