viernes, 15 de julio de 2022

Política medioambiental ahora... o el caos

POLÍTICA MEDIOAMBIENTAL AHORA… O EL CAOS.

Estamos observando (https://www.epe.es/.../incendios-forestales-activos...) cómo los incendios arrasan el país… Pero además, constatamos cómo la sequía más severa, las olas de calor, la invasión de especies exóticas, la esquilmación de recursos pesqueros, la contaminación y sobreexplotación de las aguas, la erosión y pérdida de suelo fértil, el despilfarro de alimentos, el encarecimiento brutal de las fuentes energéticas, la contaminación ambiental, la pérdida de riqueza biogenética de las semillas y calidad de los productos, etc., nos impactan negativa y directamente a todos y a todas. Ecologistas en acción advierte en la provincia de Cádiz: https://www.ecologistasenaccion.org/.../el-ozono.../
Las políticas del Partido Popular en materia de medio ambiente son impresentables: me refiero a cosas como el agua y Doñana, el urbanismo en el litoral, la gestión forestal, etc. Los riesgos de contaminación nuclear (recordemos el Tireless) en toda la región del Estrecho de Gibraltar ahí siguen.
Todavía algunos, como el Partido Popular y una buena parte del PSOE, se atreven a arremeter contra el ministro Garzón por tener la absoluta decencia y valentía política de decir lo que tenía que decir: que las macrogranjas son un buen negocio para algunos y un desastre medioambiental para la mayoría (incluyendo a los animales que se crían en ellas).
Las familias cada vez sufren más las estrecheces económicas que están imponiendo no ya el gobierno sino los grandes intereses económicos (como la banca o las empresas del IBEX). Las eléctricas, por ejemplo, campan a sus anchas sin que el gobierno se atreva a rechistarles. Si vamos a la gasolinera nos ponen un poquito más… y paga el erario público. Los trabajos escasean, las familias no llegan a fin de mes, los jóvenes emigran, las pensiones se estancan, el IPC sube, la sanidad (véase el caso andaluz, en mala situación), los salarios congelados… Los mensajes antidemocráticos de la ultraderecha intentando hacer su agosto (y en algunos lugares pactando con el irresponsable PP).
Todo este monumental conjunto de cosas, unidas al desastre de las guerras (Siria, Afganistán, Yemen, Irak…), el sustancial aumento de los gastos militares, Ucrania ante el peor Putin que cabía imaginar, las amenazas crecientes de la OTAN en todas direcciones, etc., dibujan un panorama planetario realmente desolador.

Pero, sin olvidar el peligroso anuncio de la UE que nos pinta de verde la energía nuclear, la guinda de este tóxico pastel globalizado la ha puesto recientemente el gobierno marroquí, con el distópico aplauso del presidente Sánchez, dando muerte a decenas de inmigrantes en Melilla el pasado 24 de junio.
Un panorama peor que sórdido, donde la democracia y los derechos humanos están amenazados, en el que la vida misma en el planeta está en peligro debido, especialmente, al cambio climático y la bomba demográfica… el mismo cambio climático que, ya hace varias décadas, era cínicamente negado por tantos políticos que querían quemar en la hoguera al movimiento ecologista (por supuestamente “catastrofista”). ¿Y ahora qué, señores cuerdos, señores responsables, señores realistas…?.
Esta situación es, mutatis mutandi, la misma que la que se refiere a la guerra, la paz y el movimiento pacifista. Es decir: por el momento los belicosos gobiernos están siendo capaces de arrinconar a los pacifistas llamándoles lo de siempre (ingenuos, cómplices, quintacolumnistas, utópicos, cobardes…) con la peregrina idea y proyecto de intentar que la mayoría de la ciudadanía no advierta que el camino del rearme y las guerras solo beneficia a las élites políticas de siempre, a las empresas de armas que ya sabemos, a ciertos bancos que se frotan las manos, a grupos de inversores…
En definitiva: aquí estamos sufriendo unas realidades altamente peligrosas para la vida en el planeta porque los políticos (como los del PSOE y del PP) no es ya que no hagan nada para arreglar los problemas señalados, sino que se empeñan en transitar por caminos (como el rearme) rematadamente destructivos y radicalmente antihumanos. ¿Les da exactamente igual que el planeta siga por el camino que va?. Porque no parecen dispuestos a parar el consumo energético basado en combustibles fósiles pase lo que pase.
Así que no entretengo más a nadie con cosas sabidas y pregunto ya lo que tengo que preguntar: ¿quién ha dado orden de matarnos a conciencia, lentamente, sin que nadie rechiste?.
No salgo de mi asombro respecto a la antiecológica y belicista fabricación en la provincia de Cádiz de una flota de guerra para Arabia Saudí. Este no es el camino. Este no es el camino.