Es un poema largo, pastoso y difícil de leer, que ensalza hasta el límite las gestas del independentismo cubano del siglo XIX, pero no menos interesante para comprender la urdimbre psicológica de la que está hecha la mítica idea de que los hombres de guerra son los padres de la patria y los salvadores (como Máximo Gómez o Antonio Maceo) a los que debemos todo.
CANTO AL SOLDADO INVASOR
el poeta: