sábado, 26 de octubre de 2013

El paro crece porque el gobierno así lo permite.


En la última encuesta de población activa se ve que el desempleo en Andalucía ha crecido en casi 7.000 personas, llegando a alcanzar en nuestra comunidad el 36% de desempleados y desempleadas, más de 11 puntos por encima de la media del estado español. Además, ha crecido vertiginosamente el empleo precario a base de contrataciones temporales con condiciones muy duras para los trabajadores. Además, el empleo público está siendo duramente recortado por un sinfín de medidas llamadas de austeridad (o de austericidio, más bien). Además, esto ocurre mientras el BBVA, por citar un ejemplo claro, ha ganado en los 9 primeros meses de este año 3.000 millones de euros, un 85% más que el año pasado. Y el gobierno todavía se atreve, por boca de su vicepresidenta, a afear moralmente a quienes, cobrando una miseria de dinero de coberturas sociales (el afortunado que cobre 400 euros y pico), se atrevan a echar chapuces por ahí.
En realidad, me refiero a la sui generis realidad de un gobierno sin alma, sin norte y sin vergüenza, Bárcenas y sus secuaces son la pobre abuelita; los trabajadores son el lobo; y el cazador que le va a abrir el vientre al lobo para salvar a la abuelita y a caperucita (la vicepresidenta), es la Troika, es decir, la banca internacional. ¿Me explico?, ¿se comprende en qué tipo de situación de injusticia social, programada a las bravas desde arriba, nos tienen inmersos?. El movimiento 15M lo ha dicho claramente (y yo lo repito aquí): esto no es una crisis, es una estafa organizada y quienes la sostienen desde el Parlamento ya no nos representan con legitimidad. El paro y los recortes sociales en sanidad, educación, pensiones y coberturas sociales, etc., no tienen otro fundamento que la avaricia de unos cuantos enteraos que, manipulando la mayoría parlamentaria, han decidido abultar sus particulares cuentas apretándole el pescuezo a la gente de a pie.

Me alegra que el pasado jueves día 24 una gran mayoría de la comunidad educativa saliera a la calle a decirle al gobierno, y a su deprimente vocero José Ignacio Wert, que la escuela pública no va a ser sepultada por los enloquecidos intereses de unos cuantos avispaos que quieren hacer caja. Me alegra que la gente sienta, con energía, en la calle, exigiendo el cumplimiento de los derechos humanos, que ningún gobierno, del PP o del PSOE, puede jugar con la dignidad de las personas. Ahora esta energía debe seguir desarrollándose y dando lugar a más iniciativas que tumben a este gobierno del PP por intentar imponer la desesperación al pueblo con una mano y llenar la bolsa de los muy ricos, con dinero público, con la otra.