Naturalmente que nuestros hijos conocen la situación mundial de: guerras, caos permanente, cientos de millones de personas en pobreza, contaminación a gran escala, explosión demográfica, hambres provocadas, cambio climático ...
Pero no solamente conocen eso, sino que además saben que esta bomba de relojería es consecuencia de una complicidad general con un sistema capitalista dirigido por, curiosamente, quienes predican "la libertad" (la libertad de los ricos para enriquecerse más).
𝗡𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼𝘀 𝗵𝗶𝗷𝗼𝘀 𝘀𝗮𝗯𝗲𝗻 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗵𝗮𝘆 𝗲 𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗻 𝗯𝗶𝗲𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗮𝘂𝘀𝗮𝘀 que generan los problemas señalados. Y por saber saben que los discursos de odio, patriotismo y belicismo no son más que cháchara genocida de los poderosos.
A los míos, a mis hijos e hija, les animo siempre a responder, a resistir y, por encima de todo, a mantener la esperanza y no sucumbir al miedo.
