puede participar, firmando la petición, en este enlace:
https://act.wemove.eu/campaigns/ue-no-inviertas-en-armas
(texto de la recogida de firmas)
UE: No inviertas en armas
A los Eurodiputados y a los miembros del Consejo Europeo
Texto de la petición
No incluyan una partida para la industria armamentística en el nuevo presupuesto de la UE. El dinero de los europeos no debería financiar tecnología militar. Este dinero debería destinarse a proyectos que desarrollen estrategias no violentas para evitar y resolver conflictos y que hagan frente a sus verdaderas causas.
¿Por qué es importante?
Todos queremos vivir en un mundo en paz y esa es la razón por la que se creó la Unión Europea.
Pero la Comisión Europea, presionada por la industria armamentística, está ahora planeando utilizar, por primera vez desde que la unión existe, miles de millones de presupuesto público para desarrollar tecnología militar avanzada [1].
Aunque lo presentan como 'defensa', la realidad es que el objetivo de estos subsidios es preservar la competitividad de la industria armamentística y su capacidad de exportar, incluso a países que contribuyen a la inestabilidad y que participan en sangrientos conflictos, como Arabia Saudí [2].
Los eurodiputados van a votar el miércoles si dan su beneplácito o no a que Unión Europea subsidie a la industria armamentística. Es un tema muy controvertido y muchos de los eurodiputados, indecisos, estarán dispuestos a escuchar a su electorado, lo que quiere decir que podemos ganar el voto
Después de varios años de incansable trabajo en la sombra, el lobby de la industria armamentística ha conseguido el apoyo de algunos países y funcionarios de instituciones europeas, en forma de subvenciones públicas para ‘investigación’.
La Comisión Europea ha dado el primer paso y ha recomendado que el nuevo presupuesto de la UE incluya subvenciones para la innovación armamentística. Esto es solo el principio, su objetivo a largo plazo es establecer un programa por valor de 3.500 millones de euros. Esto implicará recortes drásticos en gastos prioritarios, ya que necesariamente, un aumento en una partida se traduce en un recorte en otra.
Todavía tenemos la oportunidad de impedir que los contribuyentes europeos financien conflictos sangrientos. Digamosles a los eurodiputados que queremos que voten por la paz y que no subvencionen armas.