Leyendo atentamente este artículo sobre el militarismo en Alemania uno cae en la cuenta, pero al detalle, de todo lo que está pasando en España, en materia de Defensa, desde 1986 hasta hoy: https://www.wsws.org/es/articles/2021/08/21/afde-a21.html. Ojo: estamos en un RÉGIMEN MILITARISTA EUROPEO.
En fin, la guerra no es un acontecimiento militar en sentido estricto, exclusivamente reducido a disparos y encontronazos de tanques y misiles en lejanos escenarios, sino que es el resultado de decisiones políticas más amplias que gestionan los que lideran la casta. Los ejércitos y sus consecuencias bélicas no son tsunamis fortuitos, impredeciblemente catastróficos, sino que son hechos y acontecimientos políticos planeados por los líderes de la clase política, con gran frialdad, con mucha indiferencia hacia el sufrimiento humano brutal que provocan los conflictos armados.
La factura de la guerra, en víctimas, la suele pagar la misma ciudadanía que con sus impuestos financió el belicismo y el armamentismo planeado por sus políticos... o bien, como en el caso de Afganistán, dicha factura es abonada por muy amplias capas de población que se ven envueltas en la locura que una inextinguible espiral de violencia (interna y externa) genera.
Porque hay un "nervio" de la guerra que siempre ha tensado el acontecimiento bélico, los conflictos armados, el estallido de la violencia, a saber, el dinero decidido por los políticos para engrasar de continuo la maquinaria militar. Esto es así desde siempre:
Un dinero que siempre tienen que pagar los ciudadanos con sus impuestos. Como es el caso del presupuesto militar español para 2020 (que por supuesto NO fue reducido ni por causa de la feroz pandemia que hemos padecido y padecemos):
O el caso del presupuesto de Defensa para 2021, que creció:
El militarismo es un golpe de estado permanente, es decir, se nos intenta amansar machaconamente con el discurso universal de la defensa de los DDHH, la libertad, la igualdad, la democracia, la "salvación" de los afganos que han podido "rescatarse"... al tiempo que se arrasa militarmente con medio planeta. El argumento para hacer la guerra a todo el planeta es diabólico: imponer militarmente a los cientos de millones de desarrapados del mundo (a los que llevamos siglos esquilmando sus riquezas) nuestra ley. La Paz, nuestra mortífera Paz, a bombazo limpio.