Nuestra sociedad está lobotomizada profunda, es decir, a la gente le ha sido amputada su conciencia histórica. Este es el resultado de una cuidadosa operación por parte de los poderosos, que en vez de permitir que el sistema educativo enseñe historia a los alumnos, ha optado por un anecdotismo barato para hacer de la historia un baúl apolillado de recuerdos difusos e inconexos. A esta peligrosísima a-historización de las mentes han contribuido también, y de un modo notable, unos medios de comunicación y una revolución de la comunicación que lo someten todo a una velocidad y a un afán de consumo efímero que no deja pensar a nadie.
Sin embargo en Jerez, donde
recordamos cosas como la desposesión de los bienes públicos, propios y
comunales, en favor de la burguesía, o donde tenemos siempre en la retina
grandes acontecimientos como las protestas sociales contra el feroz caciquismo
a fines del XIX y principios del XX, sabemos de la importancia de entender la
sociedad y la política con base en la historia. Si nos quitan -como han hecho
hace poco- la gestión pública del agua, enseguida recordamos lo que la ciudad
consiguió en 1869 trayendo el agua del manantial de Tempul… Por eso me gustó
especialmente este escrito que fue leído en el acto que CGT realizamos en la Plaza de
la Asunción el día 1 de mayo por la mañana, porque en este escrito está el ADN
de los trabajadores: luchar contra las injusticias, cambiar la sociedad para
que los medios de producción y los beneficios no sean el botín de unos cuantos
despiadados, y tener en cuenta la historia para saber quiénes somos y quiénes
están por explotarnos. Porque hay quienes pretenden mantener una situación de
violencia estructural que genera injusticias, desigualdades y guerras; y
estamos los trabajadores y trabajadoras que debemos seguir luchando para subvertir esa
situación en favor de la igualdad, del medio ambiente, de la emancipación de la
mujer, de las mejoras concretas en educación, salud, vivienda…
El escrito, que hizo un recorrido
histórico por las luchas obreras a lo largo de 150 años, fue redactado y leído por
el compañero Pepe Vergel (hacer click en el enlace):