Me ha sorprendido muy
negativamente el atrevimiento de un par de senadores, los señores Manuel Altava (PP) y Emilio Álvarez (PSOE), de querer convertir lo que
queda del portaviones de guerra “Príncipe de Asturias” en un museo naval
anclado en alguna ciudad española que se ofrezca para ello. La iniciativa ha
sido cariñosamente publicitada por el periódico ABC (nota 1).
Estos senadores se han atrevido a
escribir en el manifiesto público que han lanzado que: “Hoy, sin embargo, se ha decidido dar de baja un magnífico barco que,
con las actualizaciones pertinentes, podría haber seguido prestando un servicio
excelente a la Armada y a
la seguridad y la defensa de España y nuestros aliados”… sin tener en
cuenta lo que costarían esas actualizaciones y la multimillonaria deuda del
Ministerio de Defensa (30.000 millones de euros) y que el mantenimiento anual
de este mastodóntico barco de guerra estaba costando 30 millones de euros
anuales (véase al respecto: nota 2)
Estos senadores [que a posta
ignoran el estado de emergencia social en que nos encontramos] buscan, es
evidente, que se reabra el debate sobre los escasos recortes del presupuesto
militar tocando el corazón de los españoles con esta sensiblona campaña de “salvar
el Príncipe de Asturias”. Mal asunto. Nefasto asunto. Una prueba, entre otras
muchas, de lo mucho que trabajan estos dos partidos por la Paz, la paz que
traen las guerras que ellos organizan.
Los senadores, además de
alentar la protesta de algunos sectores a favor de un aumento de los gastos
militares, añaden sin pestañear: “sí nos preocupa
hondamente que el buque que mejor ha simbolizado la España
moderna, democrática y tecnológica, la de la plena integración de las
Fuerzas Armadas en la sociedad de la que forman parte, la España de los últimos
cuarenta años, vaya a ser desguazado y vendido a trozos por el peso de su metal…”
¿Esta frase es un llamamiento encubierto, aparentemente sensiblero, a los
estamentos militares para que se opongan al gobierno y reclamen dinero, poder
político y reconocimiento social?.
¿La ciudadanía del siglo XXI debemos
considerar las armas de guerra que EE.UU, tras el Dédalo, aprobó para nuestro
país “como el monumento simbólico
representativo de la España de mayor progreso económico y social de nuestra
Historia”?.
Dios mío, qué pretensión tan anodina y falta de sentido de la
realidad la de estos dos senadores [que trabajan en el Senado] queriendo
convertir ese buque de guerra en el símbolo de nuestra democracia… me parece algo comparable, equiparable, a lo
que, quizás, querían decir la reina y Pedro Morenés cuando, no hace mucho y en
un acto de indescriptible surrealismo, inauguraron el monumento a Gandhi junto
al Congreso de los diputados. Vamos, que Pedro Morenés es un seguidor de Gandhi
y un descomunal buque de guerra es el gran símbolo de nuestra democracia. Dios
mío. Dios mío.
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(nota 1):
http://www.abc.es/espana/20140512/abci-principe-asturias-manifiesto-201405102048.html; http://www.abc.es/espana/20140512/abci-principe-asturias-201405102001.html
(nota 2):