En Jerez sabemos muy bien, históricamente hablando, cómo el caciquismo se impuso a base de edificar cuarteles en las ciudades que controlasen los movimientos de sublevación de los campesinos y obreros. En Jerez, conocemos como la palma de nuestra mano al dictador general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, la antesala directa del franquismo. Y sabemos cómo se reprimieron, en los años 80 y 90 del XIX, aquí en la tierra natal de Primo de Rivera, los levantamientos de la mano de obra rural y cómo se las gastó el ejército, ya en 1869, cuando pasaron a bayoneta a muchos en el pueblo que quisieron decir para siempre: no a las quintas. Para los jerezanos, dictaduras, militarismo y control social nos suena a exactamente la misma cosa. Lo sabemos en nuestras carnes, conocemos muy bien a los salvapatrias.
Pero, se haya nacido o no en Jerez, a todos nos conviene leer atentamente cómo la dictadura militar de Francisco Franco, en opinión de Paul Preston (véase: https://www.publico.es/entrevistas/paul-preston-3-felipe-vi-dio-discurso-podia-haber-sido-redactado-rajoy.html), logró imponer un franquismo sociológico que sigue haciendo estragos en nuestro país, logró impactar profundamente en instituciones como la corona, sembró otra vez en el espíritu militar la supuesta honra patriótica del deber de "intervenir" y devolver, vía golpe de estado, las cosas a su sitio...
Leyendo esa entrevista de Marta Nebot a Paul Preston, publicada ayer sábado en Público, uno cae en la cuenta del verdadero peligro de la dictadura militarista de Franco: no ya el uso de la violencia y el fusilamiento de los demócratas, sino -ayudado de otras instituciones de orden moral- su capacidad para engatusar a amplias capas de la sociedad que gustan del orden social, el monarquismo, la herencia imperial, el costumbrismo más rancio, el Santiago y cierra España. La dictadura militar de Franco conectó, y sigue conectando, con una línea de opresión del pueblo español que venía de muy atrás (¡¡vivan las caenas!!). Los borbones, el capital y la iglesia se fundieron con Franco para conjurar no solamente el ideal republicano, sino otro ideal más profundo, de más largo aliento: el de la emancipación del pueblo español frente al oscurantismo antisocial que los poderosos siempre, meticulosamente, siglo a siglo, practicaron contra los de abajo en la escala social.
Una entrevista esa de Marta Nebot que no solo hay que leer, sino reflexionar.
