En 1996 escribí un breve sobre pacifismo en la revista
Viento Sur y en otra revista, en el año 2000, también escribí un pequeño
artículo sobre la Marcha a Rota como proyecto social por la Paz y el Desarme, y
aún uno más (2001) dando cuenta de la militarización de Andalucía, etc.. Fueron
pequeñas colaboraciones, escritas sobre el terreno y con la premura de quien
anda en la un tanto estresante militancia por la Paz, que envié entonces a aquéllas
revistas y libros para poner un granito de arena en la promoción del
movimiento por la Paz ante la creciente militarización del estado español que la entrada de España en la OTAN nos trajo.
Ahora, al cabo de unos
años, releo aquellos rápidos escritos y compruebo -teniendo en cuenta todo lo
que ha continuado cayendo…- cuánta necesidad tenemos de insistir más, hoy, desde
el movimiento por la Paz, en la exigencia ciudadana del NO A LA GUERRA. La capacidad de
destrucción de la OTAN continúa en
aumento exponencial a lo largo y ancho del planeta; otros graves conflictos
armados, como en Libia o en Siria, han tenido y tienen lugar en estos
tumultuosos años; la situación en Palestina/Israel no ha mejorado; hay amenazas
de una nueva guerra de EE.UU. contra Irán… en el estado español los gastos
militares no cesan de crecer [incluso en tiempos donde las necesidades sociales
son extraordinariamente graves], etc.
No veo a las
organizaciones sociales, en estos momentos, apostar fuerte por la Cultura de
Paz y por las demandas ciudadanas de Desarme y Desmilitarización… Por supuesto,
la Paz no ha dejado de estar en los argumentarios de toda la izquierda durante
estos años, sobre todo en 2003 cuando el PP nos implicó en la guerra de Irak, pero
ahora que estamos atravesando este grave período de crisis creo que se requiere subir más
el listón del compromiso y reclamar también, además de denunciar los recortes
sociales, el Desarme y la Cooperación. Las conexiones entre la crisis y las guerras, como entre la crisis y la degradación del Medio
Ambiente o la crisis y los valores
antidemocráticos, son muy directas. Para estos casos, la Historia nos enseña que no debemos cejar
en nuestro empeño de promover y asentar las bases del Desarme, la Paz y la Cooperación Internacional;
razón por la cual no podemos olvidar (aunque ya los mass media nos oculten
estos asuntos) cuestiones de tanta relevancia como, por ejemplo, la amenaza atómica a la que
Zapatero y Rajoy nos han apuntado al dar el visto bueno al “escudo antimisiles”
en Rota.
Quizás a fines de
octubre de 2012 tenga lugar la XXVII edición de la Marcha a Rota. Todas las organizaciones
sociales debemos repetir, pero con más energía política que nunca, un mensaje
sencillo, claro y -en estos tiempos- cabalmente revolucionario: NO A LA GUERRA.
Al primer artículo (1996)
que mencioné arriba se puede acceder por aquí (págs..14-17 del pdf):
Y al segundo (2003) desde
aquí:
Y al tercero (Anuario
de movimientos sociales. Participando en la Red; 2001) desde aquí: