https://www.diariodejerez.es/jerez/Ayuntamiento-compra-rancho-bola-ministerio-defensa_0_1382262063.html
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por Agustín García Lázaro, Paco Cuevas Noa y Cristóbal Orellana
Tanto el PP como el PSOE han sido incapaces durante varias
décadas de desbloquear la reversión a manos municipales de esa instalación
militar abandonada que es el Rancho de la Bola, junto al río Guadalete. Una
gran finca arbolada con valores paisajísticos, ecológicos y culturales muy
importantes para Jerez y El Puerto de Santa María. El Ministerio de Defensa
mantiene su postura de intentar sacar la tajada de un millón y medio de euros a
la ciudadanía y el Ayuntamiento de Jerez continúa esperando no sabemos qué,
inactivo, arrinconado, impotente.
Lo peor de la democracia es esto: que los ciudadanos
reivindiquen por activa y por pasiva un bien público para un uso público
constructivo y que las instituciones, ya del estado ya municipales, ignoren una
y otra vez los argumentos, proyectos y demandas ciudadanas. Cuando esto ocurre,
cuando la opinión de la ciudadanía no vale nada y se la ignora y desprecia, se termina
por cruzar una peligrosa raya hacia modos de actuar dictatoriales. La opinión
de los jerezanos y las jerezanas no importan absolutamente nada a quienes
tienen la obligación de encontrar soluciones a un tema que debe resolverse sin
más demora, después de años de espera.
Otra consecuencia fatal derivada de esta operación
especulativa del Ministerio de Defensa en Jerez -que incluye negociaciones poco
claras con el Ayuntamiento, por ejemplo, con las instalaciones ecuestres del
antiguo Depósito de Sementales- es que
el riesgo de que la mencionada finca salga ardiendo y quede completamente
degradada es muy alto, toda vez que carece de protección tras la retirada de su
valla perimetral de protección. En este sentido, el daño ecológico que estamos
pagando puede ser muy alto, y, de suceder una desgracia, irrecuperable en
muchos años por pérdida de la arboleda de este espacio y altamente costoso para
su futura recuperación. Al final, según parece pretender Defensa, será el
bolsillo de los jerezanos y jerezanas el que quede arrasado.
Después de tantos años, nos
parece contradictorio que el Ayuntamiento de Jerez tenga firmados convenios y pomposas
declaraciones a favor de la Paz y el Desarme ya que cuando tiene, de verdad,
que poner las cosas en su sitio y rechazar el “sablazo” que Defensa nos quiere
dar con este tipo de operaciones que se han resuelto en otras poblaciones con
cesiones a largo plazo de estos espacios, entonces los concejales de nuestro
ayuntamiento se muestran inactivos, despreocupados, resignados. La situación es
indignante por cuanto la protección del medio ambiente, los intereses de la
paz, las demandas ciudadanas, las posibles ofertas educativas, culturales, medioambientales
y de ocio que la recuperación del Rancho de la Bola podría ofrecer a los
jerezanos y jerezanas se está dejando, denunciamos, literalmente en el cubo de
la basura.
Por estas razones, junto otros
muchos ciudadanos que en su día constituyeron la Plataforma para la
recuperación del Rancho de la Bola, exigimos al gobierno municipal no solamente
que trabaje con firmeza para la inmediata reversión gratuita del Rancho de la
Bola para Jerez, antes de que salga ardiendo, sino también que se preocupe de que
el uso de las instalaciones militares semiabandonadas o con escaso uso (como
Vicos, Garrapilos, Sierra de Gibalbín, Sierra de San Cristóbal…) que el
ejército tiene en Jerez y sus cercanías y que son inútiles para la Defensa, sean
destinadas al uso público y a fines útiles para los intereses y las necesidades
culturales, medioambientales, educativas, deportivas y económicas de la
ciudadanía.
Nuestra comunidad autónoma, y no
digamos la provincia de Cádiz, padece un elevado nivel de militarización con
numerosas instalaciones y espacios afectados por usos de la Defensa Nacional.
Las campañas institucionales a favor de las industrias militares o las bases
extranjeras que, según dicen dichas instituciones, crean empleo, son intensas y
cargadas de una ideología alejada de la paz y el desarme que reclaman nuestros
tiempos. Solo faltaba que, además de padecer todo ello, que incluye -no lo
olvidemos- riesgo nuclear en las Bahías de Cádiz y Algeciras, tuviéramos que
pagar al Ministerio de Defensa de nuevo, después de haberles cedido en los años
40 muchas parcelas de nuestros pueblos y ciudades, un plus para que podamos
recuperar los bienes que a todos pertenecen. No podemos permitir por ello que
una finca como el Rancho de la Bola, de gran valor ecológico, quede reducida a
la nada por la inactividad municipal y la voracidad especulativa de Defensa.
Como ciudadanos que hemos
trabajado durante años en la Plataforma por la Recuperación del Rancho de la
Bola y del río Guadalete creemos que no se debe esperar más y pedimos que el
Ayuntamiento de Jerez, con su alcaldesa al frente inicie las actuaciones
necesarias para la recuperación de este espacio, petición que trasladaremos
también al parlamento andaluz y al Congreso de los Diputados.