Me ha sorprendido un poco el artículo de opinión del periodista del
grupo Joly (de Cádiz) Rafael Navas: “La crisis nos pone firmes” (http://www.diariodecadiz.es/article/opinion/1559699/la/crisis/nos/pone/firmes.html)
El motivo de mi sorpresa es
que he observado cuatro cosas en él (en el artículo) que me parecen francamente
negativas: 1ª.- es de un simplismo sobrecogedor, 2ª.- repite consignas (como
que hay que ganar dinero como sea) en vez de analizar las cosas como un
periodista debería hacer, 3ª.- busca un objetivo político (una defensa cerrada
de las Fuerzas Armadas), éste sí, dificilísimo de fundamentar (intereses pecuniarios
del Diario de Cádiz aparte) precisamente aquí en esta provincia, plagada de
servidumbres militares, y 4ª.- olvida mencionar la palabra “guerra” (los
ejércitos practican las guerras…)
Hay cierta
ferocidad, barnizada de educación contenida, en el zurriagazo -que es el objetivo de fondo de dicho artículo- que Rafael Navas
quiere propinar sobre la conciencia política y moral del movimiento
pacifista, el cual sigue organizando (la próxima convocatoria a las tres instalaciones nucleares es
en octubre de este año) las Marchas contra las Bases. Pero me parece a mí que su
mensaje, que nos callemos la boca ahora porque tantas instalaciones militares
en la provincia dan trabajo, es de un oportunismo propagandista nada contenido,
pero, sobre todo, huidizo de los tres grandes problemas a tratar: si hemos de
apoyar pasivamente el descarado belicismo del PSOE y del PP durante todos estos
años, si hemos de seguir soportando bases nucleares pegadas a nuestras casas y
si todos esos siglos (citados en el artículo) de ocupación militar que
padecemos no son ya suficientes para que ahora, durante al menos uno, los
ejércitos de todos los colores y condiciones nos dejen vivir en paz.
El mensaje que
lanza Rafael Navas es sencillísimo (y de una enorme irresponsabilidad): que
continúen todas las servidumbres militares porque el ejército es la primera
empresa de la zona… los pacifistas que dejen ya de convocar las Marchas contra
las Bases. Rafael Navas tiene claro que mientras los militares nos den empleo
no debemos hablar de Paz: “Por cierto, marchas con cada vez menos
manifestantes. ¿Cuántos asistirían hoy a una marcha en defensa de la
permanencia de la Base Naval?”. El
que es o ha sido director del Diario de Cádiz lo deja claro: los pacifistas deben callarse y las políticas
militares de España en la OTAN (bases, escudo antimisiles, fábricas de armas,
etc.) deben continuar su curso... “Es, guste o no,
otra de las consecuencias del momento en que vivimos”.
¿Y si esa salvífica promesa de arreglar las averías más menudas de los buques
del escudo antimisiles en Navantia no solucionara para nada el grave problema
del desempleo en la Bahía de Cádiz?, ¿cuál sería el límite de la militarización de Andalucía: otra Palomares, un Tyreless fuera de control?, ¿y si a cambio de unas migajas de EE.UU. –no
olvidemos ahora los contínuos despidos en la Base de Rota o la cicatería
extrema con que se ha tratado al Ayuntamiento de Rota– nos tenemos que tragar
una instalación, el escudo antimisiles, que nos convierte en blanco militar, en
el juego de la estrategia mediterránea, de primera categoría –o sea, nuclear–?.
Creía que Rafael Navas, a quien conozco personalmente desde hace tiempo,
tenía alguna sensibilidad a favor de la Paz y el Desarme, pero veo que al elegir
un momento como este para tratar de arrinconar a los pacifistas y contraponer
empleo y Paz, opta, por la vía moral de la resignación (según se ve en la
última sutil frase de su artículo: “nos
guste o no”), por justificar las guerras.
Sin embargo, los andaluces y las andaluzas no nos ponemos firmes ante el
militarismo que la crisis quiere azuzar. Jamás nos vamos a resignar ante las
armas nucleares (que atracan en las Bases de Rota, Morón y Gibraltar), el
escudo antimisiles, etc. Esto no es solamente una reacción anti-imperialista,
que también lo es, sino sobre todo un programa político y ético de
reconstrucción de las relaciones internacionales donde sea la Solidaridad
Internacional –como ahora exige el pueblo sirio o el palestino o el saharaui– y
no el afán de destruir vidas humanas y arrasar países (como en Irak) el que
vertebre la política internacional.
Los pacifistas acudimos a todas las manifestaciones por el empleo
y la dignidad en esta provincia y estamos implicados en todos los movimientos de contestación
social ante la crisis, pero, lo mismo que cuando practicábamos la insumisión,
seguimos sin ponernos firmes a las órdenes de nadie; y menos de la destrucción
de vidas humanas.
Sean razonables, resígnense, no
protesten, es lo que hay, “la industria
militar, que al fin y al cabo seguirá existiendo, por lo menos que se quede
aquí…”, “nos guste o no”… ojo: esto no es
ideología.
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Véase también, sobre el tema de las expectativas creadas por la venida del escudo antimisiles a la Bahía de Cádiz, este artículo de ABC:
http://www.abc.es/20111016/espana/abci-rota-201110160125.html
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Véase también, sobre el tema de las expectativas creadas por la venida del escudo antimisiles a la Bahía de Cádiz, este artículo de ABC: