Un muy claro texto (de 1980) del filósofo Günther Anders:
"Para sofocar de antemano cualquier revuelta, no es necesario emprender acciones violentas. Los métodos hitlerianos son obsoletos. Basta con crear un condicionamiento colectivo tan poderoso que la idea misma de la revuelta ni siquiera se le ocurra a la gente.
Lo ideal sería formatear a los
individuos desde su nacimiento limitando sus capacidades biológicas innatas. Luego, el condicionamiento
continuaría reduciendo drásticamente la educación a una forma de integración
profesional. Un individuo inculto solo tiene un horizonte de pensamiento
limitado, y cuanto más se limita su pensamiento a preocupaciones mediocres, menos
puede rebelarse. Debemos conseguir que el acceso al conocimiento sea cada vez más
difícil y elitista. Que la brecha entre el pueblo y la ciencia se amplíe, que
la información destinada al público en general se anestesie de cualquier
contenido subversivo. Especialmente la filosofía. También en este caso hay que
recurrir a la persuasión, no a la violencia directa: los espectáculos que
apelan a lo emocional o a lo instintivo se difundirán masivamente por Televisión. La mente se ocupará de lo que es fútil
y juguetón. Es bueno evitar que la mente piense en una charla constante y en la
música. La sexualidad se situará en el primer plano de los intereses humanos.
Como tranquilizante social, no hay nada mejor.
En general, se hará de tal manera
que se destierre la seriedad de la vida, se burle todo lo de alto valor, se mantenga
una constante apología de la ligereza: para que la euforia de la publicidad se
convierta en norma de la felicidad humana y en modelo de libertad. De este modo,
el condicionamiento producirá una integración tal que el único miedo –que debe mantenerse– será el de ser
excluido del sistema y, por tanto, el de no poder acceder a las condiciones necesarias
para la felicidad.
El hombre masa, así producido,
debe ser tratado como lo que es: un ternero, y debe ser vigilado como debe serlo
un rebaño. Todo lo que pueda dormir su lucidez es socialmente bueno, todo lo
que lo despierte debe ser ridiculizado, sofocado, combatido. Cualquier doctrina
que desafíe al sistema debe ser designada primero como subversiva y terrorista,
y quienes la apoyan deben ser tratados como tales."
GÜNTHER ANDERS,
La obsolescencia del hombre,
vol. II (1980)
[CITADO EN EL LIBRO “SIN RELATO”,
DE LOLA LÓPEZ MONDÉJAR]