domingo, 11 de noviembre de 2018

¿Quienes poseen hoy las armas nucleares celebran el aniversario del final de la Primera Guerra Mundial?




Veo con gran disgusto en los medios de comunicación que los grandes líderes de Occidente, gestores directos de inmensos arsenales nucleares de destrucción masiva y mantenedores de increíbles gastos militares, se dedican a discursear mensajes bellos pero vacíos, engañosos, indignos, sobre el final de la Primera Guerra Mundial y lo dañinas que son las guerras... La hipocresía de estos personajes no puede ser mayor. Por eso el daño que hacen a la causa de la paz, con sus desvergonzadas y extraordinariamente graves contradicciones, no puede ser más grande.

actos oficiales: https://youtu.be/Cb5XCaJ8iEw

En vez de un acto protagonizado por la reconciliación de los pueblos, las víctimas, los que se opusieron a esta mortífera guerra, etc., los poderosos y las altas jerarquías militares se han encargado de usurpar y acaparar ellos el protagonismo de los actos. Qué desastre de humanidad. Qué planeta tan desnortado. Qué peligrosos modos de conmemorar unos acontecimientos que deberían tener como resultado concreto, en vez de hipócritas golpes de pecho, el desarme y la cooperación económica solidaria entre los pueblos.

Exceptuando algunos breves, sinceros y emotivos momentos de los actos oficiales, qué conmemoración tan deprimente, cuán alejada de las verdaderas necesidades del mundo de hoy... en el que millones y millones de seres humanos perecen o son olvidados en la miseria al mismo tiempo que los que han puesto caritas tristes ante las cámaras y micrófonos -doliéndose (o aparentandolo)  de la maldad metafísica del género humano y sus terribles consecuencias- organizan desde la OTAN verdaderas sangrías y, más allá de estas, un sistema de militarización global que no para de crecer y amenazarnos a todos con holocáusticas consecuencias.

Todavía estos líderes mundiales creen que pueden engañar a la humanidad con sus hipócritas conmemoraciones y discursos televisados. Más les valdría abandonar sus mentiras y avanzar con paso firme hacia la paz real, coherente, justa, planetaria, responsable, definitiva y urgente. La ciudadanía mundial tiene que acabar de una vez por todas con estos actos teatrales y exigir a esos políticos que protagonizan los actos que hemos vistos (en el Arco del Triunfo...) que comiencen ya, sin ir más lejos, por un desarme nuclear total e inmediato.