Cuando en verano vemos grandes incendios forestales en
nuestro país, enseguida los telediarios nos ofrecen imágenes de la Unidad
Militar de Emergencias (UME) con sus equipos tratando de extinguir esos incendios, a
la vez que todo el país se pregunta por qué razón el gobierno no implementa
equipos civiles bien formados, permanentes, bien coordinados y financiados,
respaldados con los insumos necesarios, para realizar esa labor. ¿Cómo y por
qué los medios de comunicación ofrecen con sus crónicas todo el protagonismo a
la U.M.E.?, ¿no les preocupa que, año tras año, veamos, por ejemplo, cómo la
gestión de las masas forestales carece del apoyo económico necesario que
evitaría problemas?. Lo mismo ocurre cuando se producen inundaciones, terremotos o
epidemias… Pareciera que la U.M.E. es usada por los gobiernos de turno y los
medios de comunicación para esconder las insuficiencias económicas, fruto de la
época de recortes salvajes de presupuestos que hemos padecido y seguimos
padeciendo, en tantos ámbitos de los servicios públicos que han de prestarse
desde la Administración.
¿El gobierno trata de militarizar las conciencias a través
de la permanente presencia mediática de las FAS o, acaso, trata de justificar
los multimillonarios gastos militares que despilfarra anualmente en compra de armas, “misiones de paz” y maniobras militares?. No
olvidemos que la colosal deuda militar que arrastra el estado español era hace
4 años de 20.000 millones de euros (http://noviolencia62.blogspot.com/2016/04/de-cuanto-es-la-deuda-militar-espanola.html)
Lógicamente, la actuación de las Fuerzas Armadas -por
ejemplo, la ya afamada U.M.E.- en la crisis del coronavirus está siendo objeto
de debate en las redes y en los medios de comunicación: ¿por qué la
desinfección de nudos de comunicación o residencias de ancianos no la hacen,
por ejemplo, trabajadores civiles contratados al efecto?. Puede que porque el
doble de presupuesto del Ministerio de Defensa en relación con el destinado al
Ministerio de Sanidad llama demasiado la atención... aunque todo el mundo sabe
que el gasto destinado a Defensa dobla, realmente, el que señalan las
cifras oficiales (que camuflan la verdad de esos gastos mediante
varios trucos contables). De la crisis institucional, por causa de la
corrupción, de la jefatura del estado y mando supremo de las fuerzas armadas
-la "casa" del rey Felipe VI-, para qué hablar ahora mismo (https://www.lavanguardia.com/politica/20200322/4833505909/rey-coronavirus-guardia-real.html)...
Particularmente, el lenguaje de los políticos,
periodistas y Mº de Defensa repitiendo que "esto es como una guerra",
llama poderosamente la atención, como si nos estuvieran de algún modo
acostumbrando a los ciudadanos (y no solo a través de necesarias medidas
concretas como el aislamiento para evitar contagios) a situaciones excepcionales
relacionadas con "ataques" virásicos... algo que no ocurre con, por
poner un ejemplo que debe hacernos reflexionar, las 5.000 muertes anuales por
causa de enfermedades respiratorias asociadas a la contaminación solo en Madrid
(https://www.nuevatribuna.es/articulo/sanidad/mas-14-muertes-dia-contaminacion-comunidad-madrid/20181218163655158512.html)
Los artículos sobre la militarización de
la crisis del coronavirus son muchos (https://www.eldiario.es/politica/coronavirus-Sanchez-Macron_0_1006850192.html). Incluso una encuesta (https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20200324/pregunta-del-dia-aqui-cuni-elperiodico-aprueba-el-uso-del-lenguaje-belico-en-la-lucha-contra-el-coronavirus-7902303) se ha hecho sobre lo correcto o no del uso del
lenguaje bélico para referirse a la lucha contra el coronavirus; con
el siguiente resultado: 39% sí, 61% no.
véase también: https://www.youtube.com/watch?v=AJwM1o8OXuk
No podremos ya olvidar el llamativo y poco meditado
mensaje militarizante lanzado, a modo de arenga, por el
general Jefe de Estado Mayor de la Defensa Miguel Ángel Vilarroya, visiblemente
más preocupado en reivindicar al Ejército y a los valores militares (disciplina,
espíritu de sacrificio, moral de victoria, afán de servicio...) que preocupado
por el coronavirus (https://youtu.be/Is-3SpLqgHY). Pero los hay todavía más amantes del orden militar y
la seguridad que prometen las Fuerzas Armadas. Como el
periodista Juan Luis Cebrián, que opina que el estado de alarma es insuficiente
y, sin más contemplaciones, reivindica el de excepción al
tiempo que ataca impúdicamente a Podemos y a otras fuerzas políticas como
responsables de que esta crisis del coronavirus no se esté pudiendo atajar con
la debida celeridad (los pacifistas como contagiadores del coronavirus y de
todo tipo de azotes bíblicos...):
“No es momento de abrir un debate sobre el tema, pero es lícito suponer que además de las responsabilidades políticas los ciudadanos, que ofrecen a diario un ejemplo formidable de solidaridad en medio del sufrimiento generalizado, tendrán derecho a demandar reparación legal si hay negligencia culpable. Cunden a este respecto las dudas sobre la constitucionalidad en el ejercicio del estado de alarma. Se han suspendido en la práctica, aunque el decreto no lo establezca así, dos derechos fundamentales, el de libre circulación y el de reunión. No se discute el contenido de las medidas, del todo necesarias, sino la decisión de no declarar el estado de excepción que sí cubriría sin duda alguna dichos extremos, como también la movilización del Ejército. La impresión dominante es que el Gobierno es prisionero en sus decisiones de los pactos con sus socios de Podemos y los independentistas catalanes y vascos. En una palabra, la conveniencia política prima, incluso en ocasiones tan graves como esta, sobre la protección de la ciudadanía” (https://elpais.com/elpais/2020/03/21/opinion/1584787828_176852.html)
Son, por tanto, dos temas diferenciados: 1º) cuáles
son las funciones concretas que se asignan al ejército en esta crisis de salud
pública, y 2º) por qué las cúpulas políticas, amparadas por
los medios de comunicación gubernamentalistas, se empeñan tanto en utilizar un
lenguaje bélico para, según parece, adoctrinar a la población en alguna
dirección epopéyica que, al menos por mi parte, no logro entender.
La ciudadanía, que está demostrando altas dosis de responsabilidad y coraje (sobre todo el personal sanitario) para resistir esta crisis, toma nota de todas estas circunstancias y se pregunta insistentemente por qué, durante la década anterior, se atrevieron algunos a privatizar, en buena medida, el sistema público de salud o a volverlo muy frágil con los recortes que se cebaron sobre él.
Esto no es una guerra, es una grave pandemia. Los discursos engolados,
dramatizantes, casposos y militarizantes de algunos de nuestros altos
responsables políticos no surtirán el efecto de obediencia por la
fuerza que, quizás, se pretende, cuando el único valor que debe primar
ahora es, sencillamente, el de la responsabilidad de todos y de todas (que es
el que, en realidad, estamos viendo desplegarse por parte de la inmensa mayoría
ciudadana y de los profesionales a pesar de las muy serias dificultades con las
que se están encontrando nuestros sanitarios en los hospitales).
Puede que se hubiese podido evitar esta crisis sanitaria si
en vez de gastos multimillonarios dedicados a las guerras y los ejércitos
tuviéramos en este país servicios de salud y líneas de investigación
científicas debidamente financiadas. No necesitamos un lenguaje bélico que nos
convenza de nada (http://www.guerraeterna.com/guerra-enemigo-movilizacion-el-estado-adopta-el-lenguaje-belico-en-la-batalla-contra-el-coronavirus/), sino recursos sanitarios adecuados. No somos soldados (https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/coronavirus-soldado-guerra-extremadura-crisis), sino ciudadanos que exigimos que algunos partidos
políticos no desarrollen líneas de privatización de servicios públicos que
luego nos cuestan la vida. Como ha dicho una sencilla reflexión que ha
circulado por la red: “Tanto invertir en armas por amenazas de guerra y nos
está jodiendo un virus por no haber invertido en ciencia, salud y educación”.
Cristóbal Orellana González
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ALGUNOS ENLACES DE INTERÉS:
-Asintomática:
https://directa.cat/asimptomatica/
-Economía de guerra contra el coronavirus:
https://www.elmundo.es/internacional/2020/03/19/5e724f3221efa0cc148b45b6.html
-Guerra, enemigo, movilización...
http://www.guerraeterna.com/guerra-enemigo-movilizacion-el-estado-adopta-el-lenguaje-belico-en-la-batalla-contra-el-coronavirus/
-Margarita Robles: "En algunas residencias el ejército se ha encontrado a ancianos muertos en sus camas":
https://www.abc.es/sociedad/abci-margarita-robles-algunas-residencias-ejercito-encontrado-ancianos-muertos-camas-202003231623_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
-Yo no soy soldado, me niego a serlo:
https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/coronavirus-soldado-guerra-extremadura-crisis
-Estamos en guerra, pero yo no soy su soldado:
https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/estamos-guerra-pero-yo-no-soy-soldado-covid-19-insumision
-El rey Felipe VI pone a la Guardia Real a trabjar contra el coronavirus:
https://www.lavanguardia.com/politica/20200322/4833505909/rey-coronavirus-guardia-real.html
-Sobre el lenguaje bélico:
https://www.laopinioncoruna.es/opinion/2020/03/19/lenguaje-belico/1487220.html