Algunos dicen que esto de Bárcenas... no es más que una tapadera de algo todavía más gordo (siendo la financiación ilegal de los partidos un asunto de extraordinaria importancia política). He aquí la hipótesis golpista que se comenta en la calle: El País y El Mundo se han puesto de acuerdo (sorpresa) con el beneplácito de las cúpulas financieras y otros sectores (quizás oligarquías locales temerosas ante las consecuencias de la deriva soberanista de Cataluña, por ejemplo) para -dando rienda suelta al caso Bárcenas- hacer caer a este gobierno, provocar uno excepcional de coalición PSOE-PP-PNV-CIU que obligue a elegir a un Monti e imponer el rescate ya… un gobierno "técnico" cuya misión no sería otra que la ejecución fría de los recortes que vendrán, la vigilancia policial del cortijo y el religioso pago de la deuda.
Dicho más claramente: un golpe de estado
sin tanques en la calle, pero con la democracia reventada, los derechos humanos
por los suelos y un nuevo gobierno todavía más radicalmente antisocial y aún
más (si cabe) incontestable. El caldo de cultivo está en su punto: buena parte
de la ciudadanía asustada (la clase media) y desesperada (millones de
trabajadores en paro), los grandes sindicatos sumidos en su crisis, la
"oposición" entregada al Capital, los medios de comunicación firmes
ante la tarea encomendada por sus amos, etc. El caso Bárcenas no sería más que pecata minuta, fuegos artificiales, un
hábil ariete para distraer a la población y aupar al gobierno a un Gabinete de Crisis
(el presidente que elijan los de arriba dará completamente igual) tutelado
desde el partido de Merkel. Se trataría de complementar el ya producido asalto
económico a los intereses públicos con una maniobra formal, jurídica y política,
de aseguramiento del botín. De manual.
El país ha sido puesto cuidadosamente a la
deriva y ellos, los poderosos, saben que el descrédito que ahora tienen
"los políticos" es una buena ocasión para actuar, una coartada
perfecta (ya ensayada en la historia muchas veces). Justo en este momento y
gracias al caso Bárcenas, con una ciudadanía en paro y muy exasperada contra la
corrupción, ese golpe de estado económico-tecnocrático podría tener éxito. O
sea: una nueva clase de fascismo de baja intensidad, vamos, cuyo objetivo inmediato
(no único) sería imponer el rescate ya… que para eso se hizo el agresivo cambio
de la Constitución que, en principio, asegura a los golpistas el pago de la
deuda (que una nueva vuelta de tuerca tendría que imponernos en la cuantía
deseada por los de arriba).
El golpe económico está, la hecatombre
social está, las artimañas jurídicas y los cambios legislativos están, la
represión policial está, los intentos
separatistas (parafraseando su peligroso lenguaje de justificaciones
interesadas) están, la oleada cultural conservadora tipo Wert está, el bombardeo
de los medios está, la corrupción está, la debilidad de la izquierda está, la
desesperación está… sólo parece faltar el último paso, el putsch, la detentación pública de todo el poder.
Sí, todo esto no es más que una hipótesis,
una hipótesis de la que, por supuesto, se viene hablando desde hace meses
atrás... pero todo parece cuadrar en ella justo en estos momentos de frío y
colapso, ¿no?. También vendría a coincidir, cronológicamente hablando, con el
asalto militar al Congreso de los Diputados de 23 de febrero de 1981 (valga
esta anécdota donde Tejero haría ayer funciones políticas en el fondo similares
a las del caso Bárcenas hoy).
Las movilizaciones que el Bloque Crítico (http://mareapublica.blogspot.com.es/2013/01/30-calendario-enero-febrero-2013.html) está preparando en Andalucía (USTEA, SAT, CGT, Ecologistas en Acción, etc.) para el día 28 de febrero, en que se celebra la Autonomía de Andalucía, deben servir para evitar ese golpe de estado (no sólo económico) que se está fraguando contra la democracia (la poca que queda).
Más información, también, en: MAREA CIUDADANA con una
convocatoria a nivel estatal para el 23 de febrero, http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/marea_ciudadana-23f.pdf