Y LOS HORRORES DE LA GUERRA, SRA. MINISTRA?.-
Muchas veces la he oído a usted decir que la guerra, el ejército, la fabricación de armas, el envío de tropas a tantos frentes, los gastos militares... que todo esto no es nada que tenga que ver con la política, que es, repite usted hasta el infinito, "una cuestión de estado".
Para evitar que haya críticas al militarismo gubernamental usted, torpemente, intenta sustraer el problema de la violencia militarista del debate ciudadano. Verla en este intento me parece un espectáculo mucho peor que bochornoso. Porque empeñarse en robar o tratar de impedir el debate público sobre esa cuestión es GRAVÍSIMO.
Y aún más negativo me parece que siembre usted vientos de guerra ocultando a la ciudadanía los horrores que producen las guerras.
Está usted entregada (de una manera tan tan exagerada que llama la atención) a piropear a las Fuerzas Armadas 24 horas. Pero nunca menciona ni alude en ningún sentido a los HORRORES de las guerras.
La muerte de cientos, miles, centenares de miles o millones o decenas de millones de seres humanos es una pequeña cuestión que nunca está en sus labios.
Qué extraño, señora ministra de la Guerra, que sea lo que más preocupa a la ciudadanía precisamente aquello de lo que usted jamás habla.
Me pregunto si usted, dando ejemplo de coherencia, iría la primera al frente de batalla a arriesgarse a que un obús la parta en dos. Me da que no. Y me da que es por eso, entre otras razones, por lo que nunca habla de los horrores de la guerra.
Puede, quién sabe, que esté usted convencida de que omitiendo este asunto la gente irá mansamente a la guerra a que la degüellen como a corderos. Pero se equivoca: todos sabemos cuál es la razón por la que usted calla respecto a la inmensa carnicería que podría perpetrarse en toda Europa gracias al discurso agresivo de la OTAN que usted y su gobierno defienden.
A modo de trampantojo que nos refriega por la cara (metiendo miedo, vamos) usted habla de lo malo que es Putin (y ciertamente que lo es visto lo visto), pero luego resulta que reproduce una conducta política, estrategia, discurso y respuesta militarista de iguales o peores consecuencias que las de Putin. Quiere usted, entre sonrisitas, solucionar una guerra expandiendo el conflicto a todo el planeta (... ocultando los costes humanos).
Recapacite. No siga intentando engañar. Deje de atizar el fuego. No repita más que la guerra "es una cuestión de estado" y que nadie debe hablar al respecto. No lo está consiguiendo, ya que todo el mundo sabe (Ucrania y Gaza son dos ejemplos claros) del LUGAR DE HORROR a donde el militarismo nos lleva.
Señora ministra Margarita Robles, está usted exponiendo nuestras vidas a una carnicería. Y no tiene derecho a hacerlo.