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Mariano Rajoy acaba de nombrar ministra de Defensa a Dolores de Cospedal, a quienes muchos apodan Doña Finiquito por este inolvidable y estruendoso capotazo a Luis Bárcenas como hábil tesorero del PP:
El caso es que no se le conoce ninguna preocupación por los temas de Defensa, ningún cargo desempeñado anteriormente relacionado con esta materia, ninguna formación específica... nada.
La sorpresa es grande y se deduce -con claridad- de esta elección de Rajoy que no ha habido otro criterio para elegirla que premiarla por los servicios prestados... en una cartera donde todo lo que hay que decidir está atado y bien atado por la OTAN. Dolores de Cospedal no tendrá mucho qué pensar porque el tratado con EE.UU. ya está consolidado (a la ampliación de las bases de Rota y Morón me refiero) y porque el ejército español ya está en Turquía, países bálticos, Malí, Somalia, Irak...
Su caballo de batalla será, sin duda, la colosal deuda militar que se arrastra por causa, sobre todo, de los Programas Especiales de Armamento. Es decir, su caballo de batalla será intentar convencernos a todos de que hay que aumentar los gastos militares para hacer frente al yihadismo terrorista...
Dolores de Cospedal no sabe gran cosa, por no decir nada, de Defensa. Seguirá tranquilamente las férreas directrices del lobby militar que Pedro Morenés y Pedro Argüelles representan y todos en paz.
No es probable que este gobierno del PP dure mucho y el anodino paso de Cospedal por el Mº de Defensa no sea más que, tal como lo ha planeado Rajoy, pura y efímera imagen.
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