miércoles, 12 de febrero de 2014

La fotografía de mi vida.

Mi mundo interior es regordete y aburrido. Soy un andaluz cincuentón y tranquilo, sin otro objetivo en la vida que intentar comprender mínimamente las cosas y ayudar en lo que pueda. No odio a nadie y creo que nadie me odia a mí. Quiero a mis hijos, a mis amigos, a mi familia, a mi tierra... Hago lo que puedo en mi trabajo y pago mis impuestos (menos los de guerra, cuando puedo). Vaya, que llevo una vida normal y grata, incluso fácil, diría yo.

A mi alrededor, sin embargo, hay cosas que me inquietan mucho y respecto a las que, por supuesto, no permanezco pasivo: un índice de desempleo DEVASTADOR, una desesperanza muy fuerte en toda la provincia de Cádiz (y creo que en toda Andalucía), unos políticos y políticas que no luchan lo suficiente para sacarnos de este peligroso boquete en que nos han metido unos cuantos listos, etc. A mi alrededor hay muchas cosas muy difíciles, aunque mi vida, el que me conozca sabe que no lo niego ni lo oculto, es cómoda (pero sin el más mínimo dispendio).

Cuento todo esto, así tan personal, para, a continuación, poder explicar -de modo muy sencillo- qué me lleva a considerar esta imagen como la fotografía de mi vida, una imagen aparecida hoy, en portada, a todo color, en el Diario de Jerez, uno de los periódicos que más se leen en mi pueblo.



Pues bien, esta es la fotografía de mi vida porque hasta que no la he visto no me he dado buena cuenta de hasta qué punto (hasta qué apocalíptico punto) este planeta está, gracias a personas como Obama o Pedro Morenés, como una belicista cencerra.

Juro que antes de esta fotografía solo tenía noticias aproximadas (mi blog da cuenta de ello) de la locura generalizada a que nos tienen sujetos los irresponsables gobernantes que nos mandonean sin cansarse. Pero ahora ya, viendo esta foto, noticias aproximadas aparte, ya sé a ciencia cierta que no debo poner -como he pensado muchas veces- una gran foto de Gandhi en el salón de mi piso, sino esta foto. Así nunca más soñaré con la Paz y estupideces así, sino con el escudo antimisiles y la guerra como fundamentos de la democracia y la defensa de los derechos humanos...

Sí, sí, esta es una entrada poco racional, muy sentimental. Es cierto. Hoy el sentimiento me desborda. Hoy un cuervo negro, de mortífero aspecto, se posó en el pueblo de Rota, a donde yo iba a bañarme de pequeño con mis padres y hermanos.

Tristeza.