sábado, 12 de marzo de 2011

Con Indignación, desde la Esperanza



"... para mí la esperanza es una cosa que tengo cuando me despierto, que pierdo en el desayuno, que recupero cuando recibo el sol en la calle y que después de caminar un rato se me vuelve a caer por algún agujero del bolsillo. Y me digo: ¿Dónde quedó la esperanza? Y la busco y no la encuentro. Y entonces, aguzando el oído, la escucho ahí, croando como un sapito minúsculo, llamándome desde los pastos. La tengo, la vuelvo a perder. A veces duermo con ella y a veces duermo solo. Pero yo nunca tuve una esperanza de receta, comprada en una tienda de corte y confección, una esperanza dogmática. Es una esperanza viva y, por lo tanto, no sólo está a salvo de la duda, sino que se alimenta de la duda".
 (Eduardo Galeano, 1993, Diario "La República". Montevideo. Citado en el libro "¿De qué hablamos cuando hablamos de Winnicott?")

Este es un mundo loco, disparatado, que a duras penas puede mantener en pie la Esperanza. En vez de un paraíso de creatividad y de ternura, un jardín de solidaridad, de alegría y de Paz, hay quienes se empeñan en convertir la Madre Tierra en un verdadero infierno de odio, guerras, deforestación, violencia machista, contaminación, explotación y sufrimiento humano. Este es un mundo que rueda como un bólido a 200 kms. por hora y con las zapatas de los frenos gastadas. No exagero, ni profetizo, ni trato de atemorizar ni a mí ni a nadie. Sólo señalo lo que todos sabemos y sentimos y podemos ver y veo.

Quizás el gran reto, entonces, es (además de reorganizarse políticamente frente al Capitalismo) mantener la serenidad, no caer en la Desesperanza, saber que somos capaces entre todos y todas de empujar hacia soluciones transformadoras por muy complicados que los problemas (como el del Cambio Climático o las guerras continuas) sean o parezcan. Podemos favorecer la alegría de vivir y de disfrutar esta vida, con dignidad, si no bajamos la única guardia que quieren que bajemos: la guardia de la Esperanza.

La solidaridad humana y la ayuda mutua, la dignidad de nuestras vidas, el sentido común que habla de cooperación y no de competitividad, de solidaridad entre los pueblos y no de exportación de armas a las dictaduras, la ética de la responsabilidad y el cuidado frente a las prácticas del consumismo y el despilfarro... si recuperamos, pronto, el sentido de nuestra dignidad como personas-en-sociedad, si no nos dejamos arrastrar por los mensajes racistas y xenófobos de las autoridades que hablan retóricamente de Derechos Humanos pero luego aprueban severas leyes de extranjería y recortan los presupuestos de cooperación internacional a la vez que aumentan los de "Defensa"... si estamos dispuestos, de verdad, a creer en nosotros mismos y a decidir, precisamente, sobre nosotros mismos y mismas sin delegar inocentemente en los “expertos” y los gobiernos la búsqueda de soluciones a los asuntos públicos que nos importan y afectan… si decimos fuerte y claro: no a Gadafi y su dictadura, pero no, también, a la locura militarista de la Unión Europea y de EEUU. …

Claro que es posible, y urgente, y necesario, un mundo mejor. Y por eso, porque no hay que dejarse someter por el proyecto de ciudadanos abúlicos, egoístas y domesticados que nos propone la "política correcta" de los neoliberales y de los socialdemócratas capitalistas, recomiendo vivamente la lectura del texto del nonagenario Stéphane Hessel titulado "Indignaos¡¡" (http://www.attacmadrid.org/wp/wp-content/uploads/Indignaos.pdf), un breve texto que Hessel ha lanzado a la opinión pública internacional y que tanta gente hemos leído y reflexionado; entre ellos todos y todas aquéllos que creemos, desde el activismo pacifista, en la eficacia política de la Noviolencia. El texto de Hessel nos aporta ideas claras acerca de que es posible, viable y realista seguir luchando si recuperamos nuestro sentido personal y colectivo de la Dignidad. No podemos ni debemos permanecer asustados en casa viendo los engañosos telediarios. Pienso, al calor de ese texto, que dentro de nuestro corazón (y también de nuestra conciencia política) hay un mecanismo que duerme desde hace demasiado tiempo: el mecanismo de la Esperanza. Yo pido que cada uno de nosotros y nosotras bajemos hasta ese mecanismo interior y le demos al interruptor que activa nuestra Esperanza y nuestra sana rebeldía. Pido que apaguemos la televisión durante un día, que no leamos los correos electrónicos durante un día, que no charloteemos ligeramente de política durante un día, que no perdamos el tiempo durante un día hablando de lo corruptos que son (que algunos ciertamente lo son) los políticos... y que dediquemos el tiempo durante ese día, llamémosle el Día de la Sinceridad, a decirnos a nosotros y a nosotras mismas: hoy ha llegado el día de que yo active mi propia Dignidad y mi propia Esperanza y de que aliente a otros que me rodean a activar su Dignidad y su Esperanza; hoy ha llegado el día en que no voy a dejar que destrocen ni mi vida, ni la de la Madre Tierra, ni la vida de tanta y tanta gente -a la que conozco con nombres y apellidos- que está en paro, ni que trunquen, sometan y aburran la vida de nuestros hijos e hijas. Hagamos todos la prueba, guardemos sólo un día de silencio interior, un día al margen de tantos ruidos y preocupaciones y miedos y ansiedades... un día para localizar, como mínimo, dónde está en nuestro interior ese interruptor de nuestra Esperanza. Ese Día de la Sinceridad tiene que tener lugar, y el que crea que poetizo vanamente que lo crea, no desde el cajón del odio o el de la revancha, sino exactamente desde el lugar donde habita nuestro amor a la vida, es decir, desde el lugar de donde brota nuestra más profunda alegría de vivir. Desde ese lugar, sin olvidar nuestras exigencias de justicia y de libertades concretas, debe nacer el impulso que dará pie a una Indignación y a una Esperanza coherentes, serenas y constructivas.

Este es un mundo loco y disparatado, sí, sin duda, ya lo dije. Este es un mundo en el que son posibles cosas demenciales (que ocurren bajo la complicidad interesada de muchos gobiernos) como -por poner un sólo ejemplo- la investigación genómica para crear soldados más resistentes y más feroces (véase: http://www.publico.es/ciencias/357519/en-busca-de-los-genes-del-supersoldado). Pero también es un mundo lleno de vida y de Esperanza donde la gente de a pie es capaz de abatir pacíficamente el muro de Berlín (con todo lo mucho bueno que esto representa), o de desarrollar impresionantes luchas por la libertad como las que están teniendo lugar ahora en todo el norte de África y en algunos países de Oriente Medio. Entonces, ¿quizás aquí en España es que hemos perdido –o nos han robado– la Esperanza y no salimos a la calle, con justa rebeldía, porque ya no tenemos confianza, ante la envergadura de los problemas, en que juntos y juntas somos capaces de reconducir nuestras propias personas-en-sociedad?. ¡¡Pues vaya “democracia” esta que nos ha desposeído y quitado de las manos nuestra capacidad, más allá de un voto cada cuatro años, de tomar decisiones sobre lo que queremos para nosotros y nosotras mismas¡¡. Nos quitan el trabajo… pero lo hacen, esta es la clave, desde la seguridad de que ya nos han desposeído en buena medida de nuestra capacidad de organizarnos y de decidir. Este es el asunto central. Sorprendámoslos. Tenemos que recuperar esa capacidad de organizarnos y de decidir, desde la sana Indignación y desde la Esperanza.

Hay motivos objetivos para albergar en nuestros corazones la Esperanza, a pesar, sí, de la que nos está cayendo aquí en España, sin ir más lejos, con la política antisocial del triste, desnortado y anodino gobierno derechoso de Rodríguez Zapatero; o con el vaivén de las estrategias sindicales de UGT y CC.OO., sindicatos para quienes tener que convocar una huelga general es "una gran putada" (http://www.publico.es/espana/335407/toxo-la-huelga-general-es-una-gran-putada)... a la vez que se muestran prestos a firmar pactos sociales que nos hacen perder a los trabajadores y trabajadoras, de forma clara, tantos derechos sociales (aunque puede verse lo que piensan los más conscientes y comprometidos de CC.OO. en: http://noennuestronombre2011.blogspot.com/ )

Yo no me presento a las elecciones, ni estoy en ningún partido que se presenta a las elecciones, ni pido, al escribir este artículo,  el voto para nadie. Éste no es un llamamiento tradicional, en tiempo de elecciones, a la “unidad de la izquierda” y cosas así. No. Pero tengo claro que toda la gente que estamos a la izquierda del PSOE, es decir: la izquierda alternativa que tiene conciencia anticapitalista, ecologista, feminista, solidaria, alternativa, democrática, pacifista, antiglobalizadora, trabajadora… toda la gente que entendemos lo que significa la importante propuesta ecologista del "decrecimiento" (derechos sociales para todos y sostenibilidad), toda esta gente tenemos la obligación de reaccionar ahora tratando de responder a esta nueva "vuelta de tuerca" de la derecha internacional, despiadadamente capitalista y anti-ecológica, que quedó denunciada en vídeos (cuyo visionado y divulgación recomiendo) como: http://www.youtube.com/watch?v=nqno8H-mjeY. Debemos hacerlo con nuevos discursos alternativos a este sistema, nuevas estrategias políticas de coordinación para dar pie a redes organizativas que sean capaces de movilizar y de llevar a cabo acciones en la calle de denuncia del desempleo y de los deshaucios, del atraco de la banca privada a los intereses públicos, de la participación española en cruentas guerras como las de Afganistán, etc. En mi ciudad, Jerez (donde hay una situación social explosiva, con muchas familias deshauciadas, 31.000 parados, etc., en un contexto regional devastador: http://www.diariodejerez.es/article/andalucia/663143/quottsunamiquot/la/crisis/arrastra/miles/quejas/hacia/defensor/pueblo.html) nos hemos reunido ya varias veces para, desde un nuevo Bloque Alternativo, organizar actividades en la calle para fines de este mes (http://www.patalata.net/noticia.php?id=3290).

Como pacifista, militante en la "Red Antimilitarista y Noviolenta de Andalucía", quisiera decir, en estos momentos en que hemos de reactivar la Esperanza, que nuestra lucha por la Paz, desde la Noviolencia, continúa adelante (véase: http://redantimiilitarista.wordpress.com). Los gastos militares, las guerras, la militarización de la sociedad (mediante el pensamiento autoritario, la criminalización de la disidencia, etc.), el mantenimiento de las peligrosas armas de destrucción masiva, el férreo autoritarismo que esconden nuestras falsas democracias (en realidad, sistemas financiero-autoritarios que nos dejan votar cada cuatro años pero que impiden sistemáticamente que el Parlamento nacional, por ejemplo, haga algo útil en favor del empleo), etc., toda esta violencia organizada por parte de las grandes estructuras de poder, este estado de cosas donde no se permite a la ciudadanía una vida digna y en Paz, todo esto debe ser cambiado con Indignación y desde la Esperanza.

Es posible hacerlo, como nos recuerda la ilusionante y comprometida declaración del Foro Social Mundial recientemente celebrado en Dakar, Senegal: http://www.quiendebeaquien.org/spip.php?article2071. La ciudadanía de algunos países árabes nos están dando una lección magistral de cómo hacerlo. Nosotros aquí también podemos intentarlo. Ahora. Con justa Indignación, pero también desde la Esperanza, desde la conciencia política serena y desde lo más hondo de nuestros corazones, con la alegría nuestra que a los poderosos más les asusta, pero que nosotros y nosotras sabemos que hemos de emplear cuando llega el momento de quitarle el poder a quienes se empeñan en meternos en el callejón de la amargura. Ahora, con Indignación, desde la Esperanza. Ahora.



[Stéphane Hessel. (Foto: Público.es). Stéphane Hessel, que actualmente tiene 93 años, fue uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, así como miembro de la Resistencia francesa y superviviente del campo de concentración nazi de Buchenwald. Su libro "Indignaos¡¡" puede leerse en: http://www.attacmadrid.org/wp/wp-content/uploads/Indignaos.pdf]